Monitores de Estudio

Vicente Frías
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Si eres nuevo en el mundo de la producción musical, te preguntarás de qué va eso de los monitores. Después de todo, pensarás que puedes escuchar tus creaciones a través de tus altavoces hi-fi como escuchas el resto de tu colección musical ¿no? Para empezar, tu equipo hi-fi quizá está ubicado de un modo erróneo. Tus altavoces quizá se encuentren a ambos lados de tu televisor, e incluso si no es así, estarán colocados para el uso diario más que para una escucha crítica y cercana.


Los equipos hi-fi suelen ser también bastante delicados; están diseñados para reproducir música a niveles de escucha “cómodos”. En la mayoría de los casos, esa música habrá sido comprimida y limitada tras el mástering, con lo que se adapta bien a un equipo doméstico.

De todas formas, cuando grabas y mezclas tu música sueles escuchar instrumentos individuales a un gran volumen sin ninguna compresión ni limitación, para comprobar pequeños defectos o corregir algún detalle.

Por desgracia, en el proceso de producción musical suelen ocurrir también accidentes sonoros: cables que se desconectan (y que producen ruidos de masa), niveles de reproducción a menudo elevados, y procesamiento de señal que genera ruidos estridentes. Puedes bajar el volumen en ese momento, pero quizá tus altavoces hi-fi estén destrozados para entonces.


Sin afán de ponernos nostálgicos, hemos de señalar que el mundo de la producción musical ha cambiado enormemente en los últimos años. En otros tiempos, las cabinas de control de los estudios de grabación simulaban el interior de una nave espacial y parecerían espectaculares y “marcianas” para alguien que nunca hubiese pisado una.

Éste ya no es el caso, por dos razones: en primer lugar, la tecnología referente a la música por ordenador es hoy tan avanzada que incluso un portátil obtiene resultados que antes sólo se conseguían en una sala repleta de equipo. Y en segundo lugar, el desarrollo en los conos y piezas magnéticas de los monitores hacen que éstos sean ahora compactos, potentes y más asequibles. Por todo ello, la elección de unos monitores es una decisión crucial, ya que una coloración falsa derivaría en ajustes de sonido incorrectos y/o en la eliminación de importantes detalles.












Existen dos teorías contradictorias en torno a los sistemas de monitorización. Ambas son erróneas. Por un lado están los partidarios del ‘monitor cutre’. Sus defensores proclaman que, dada la mala calidad de la mayoría de los equipos en los que se terminará escuchando la música, es mejor trabajar con monitores de gama baja. Lo lógico sería pensar que todo lo que suene bien en éstos, sonará bien en cualquier parte... ¿no? Pues se equivocan.
Otros afirman que lo mejor es rodearse de un sonido impecable a cualquier coste para que todo suene de forma majestuosa. Bastantes fieles a esta doctrina acaban sobrevalorando muchas frecuencias vitales, como los subgraves. Pretenden hacer sonar un particular estilo de música como debe, normalmente a costa de perder fidelidad en el resultado. Si piensas en el sonido ‘de club’, habrás dado en el clavo. También se equivocan.

No es difícil el proceso de aprender a discriminar a favor de un estilo u otro en beneficio propio, pero requiere compromiso y disciplina. Por ejemplo, para equilibrar la alternativa del ‘sonido impecable’ tendrás que reducir la belleza auditiva de la producción, algo que psicológicamente puede resultar difícil de asimilar. Un sonido hermoso puede enmascarar defectos que necesitas escuchar antes de que las cosas suenen bien para el público.
En contraposición, los monitores mediocres de la primera alternativa ofrecen una irregular respuesta en frecuencia. Por muy bien que los conozcas no podrás compensar un agujero entre 40 y 80Hz, ni alcanzarás el sonido deseado a base de suposiciones. La teoría del ‘cutre monitoring’ implica supeditar la creación musical a muchas limitaciones previas.

Un buen sistema de monitores debe revelar los detalles de todo lo que haces. No utilices un sistema malo pensando que el de la audiencia será peor, ni coloreado porque suene mejor. Ambas alternativas pueden utilizarse como métodos adicionales para confirmar una buena mezcla, pero nunca como sistema principal de monitorización.


tómate un momento y evalúa honestamente tus objetivos. ¿Tu estudio va a ser una herramienta artística o estás grabando por el puro placer de hacerlo? Si te sientes más identificado con la segunda opción, crea el entorno con el que más vayas a disfrutar. No te alejes de tu pasión por hacer música. Incluso si te tomas las cosas más en serio no tienes porqué ajustar el sonido a cualquier coste. Una herramienta será menos útil cuanto menos cómodo resulte trabajar con ella. La clave está en el equilibrio entre la claridad del sistema de monitores y lo bien que te suenen a ti. Vas a pasarte muchas horas escuchando, y cada vez que comiences una sesión debes hacerlo con entusiasmo.

Tu sistema de monitores empieza en la salida del mezclador y termina en tu cabeza. Cada paso intermedio debe rozar la perfección para que la ruta completa sea provechosa, y esto incluye un buen entrenamiento personal que permita contrarrestar las imperfecciones que aparecerán por el camino. Ningún sistema de monitores será ideal hasta que no aprendas a utilizarlo correctamente.

La acústica de los estudios personales influye mucho sobre la monitorización. Los monitores de campo cercano reducen este impacto, pero la sala altera la operación de los altavoces respecto a sus valores de fábrica. Compruébalo moviendo uno de los altavoces entre el centro de la habitación y una esquina al tiempo que escuchas el cambio en graves. La mayoría de los problemas de monitorización no se resuelven con unos monitores mejores.





















De poco nos servirá tener una tremenda mesa, precisos micros, poderosos efectos etc... etc... si a la hora de la mezcla nuestra escucha está distorsionada o mejor expresado "coloreada", ya que si esto ocurre, lo más probable será que en nuestro centro de control (estudio) todo suene de maravilla, pero al sacarlo a cualquier equipo exterior: coche, discoteca, equipo Hi- Fi etc... nuestra mezcla suene más bien de pena. Seguramente el bonito color que nuestra escucha en mezcla nos proporcionaba, se ha convertido en un exceso de graves, unos molestos pitidos en los agudos o un soniquete a caja hueca por problemas en los medios.

Evidentemente el técnico de mezcla actúa en función de la escucha que recibe, con lo cual la acústica debe ser lo más precisa, real y perfecta posible.










La instalación idónea, constaría de:

- Un par de monitores de baja distorsión y alta potencia que ubicaremos a cierta distancia de la posición de escucha. Estos monitores van a facilitarnos el análisis intenso de la calidad del sonido grabado. Para esto sería conveniente que contaran con:

Sensibilidad: elevada
Baja distorsión
Sonido lineal, no coloreado. Sonido real.
Haces de radiación ancho. Con el fin de no perder agudos a distancia.
Elevado margen de potencia para picos (Headroom)

- Dos monitores más de baja potencia que van a emular las condiciones de escucha "casera" o habitual de nuestro futuro oyente. Puede incorporarse también un pequeño monitor que nos proporcione la escucha en mono para poder analizar y percibir la mezcla en todas las posibles situaciones.
Evidentemente, si nuestro presupuesto es medianamente modesto, podemos decidirnos por una pareja de monitores que nos hagan la mayoría de las funciones. Si os sirve de consuelo, no es fácil encontrar muchos "home" con cinco o seis cajas solo para monitorización.

En cualquier caso, lo que sí os recomiendo es que, tanto si la compra es grande como pequeña, sea de calidad y sobre todo que los monitores sean de lo más lineal posible, ya que aunque nuestra sala, habitación o cabina de control seguramente va a colorear las señales, nuestra prioridad será procurar la máxima neutralidad posible.






Hay tres tipos de monitores: principales, de campo medio y de campo cercano.

Los monitores main o principales cuestan miles de euros y suelen estar construidos en la estructura del edificio. La buena noticia es que no necesitarás unos monitores principales. Aunque aportan una reproducción sonora casi perfecta y te ayudarán a comprobar los niveles de graves y subgraves, no reflejan el modo en que la mayoría de la gente escucha la música. Llegan a cansar tus oídos si trabajas con ellos de modo continuo e incluso en los mejores estudios del mundo, suelen tener muy poco uso.

Los monitores de campo cercano fueron diseñados para reducir la fatiga y para ofrecer, a la vez, una excelente calidad sonora. De todos modos, la mayor parte de los altavoces de campo medio son bastante grandes como para poderlo meter en las reducidas dimensiones de la mayoría de estudios de proyectos y home studios.


Hubo un tiempo en el que se dudó de la calidad de los monitores de campo cercano, ya que se asemejan en sonido a la mayoría de sistemas hi-fi caseros. Muchos productores escogían Auratone 5C (una pequeña caja de madera con un solo altavoz) o Yamaha NS-10 (con caja negra y ese emblemático cono blanco) que se parecían al equipo estéreo doméstico habitual.

De todos modos, los sistemas caseros han evolucionado tanto que ya no hay un beneficio real en utilizar sistemas limitados. Esa evolución ha difuminado las barreras entre los monitores de campo medio y los de campo cercano de tal modo que algunos productores se conforman con un par de monitores de campo cercano de calidad para trabajar. De todas formas, la mayoría de los grandes productores suelen masterizar su música en otro estudio, donde un ingeniero independiente limará las posibles pequeñas imperfecciones.


¿Activos o Pasivos?

Los monitores pasivos se conectan como los de un equipo hi-fi: tienes que comprar un amplificador competente de audio y conectarlo a tu tarjeta de sonido. Entonces, utilizas cable de gran calidad para altavoces y conectas los monitores a tu ampli; si éste es compatible con los monitores y la tarjeta de sonido, el sistema debería funcionar sin problemas. Pero elegir un ampli es complejo. Las especificaciones técnicas que aparecen en papel no siempre se ajustan fielmente a la realidad y sólo te cuentan una pequeña parte de la historia.

Por muchas y variadas razones, un par de monitores que suenan de cine con un ampli pueden sonar fatal con otro diferente. Irónicamente, la elección de un amplificador con menor potencia dañará los altavoces pasivos con mayor facilidad que uno con potencia de sobra, porque un amplificador que distorsiona puede quemar los tweeters.


Con unos monitores activos, te ahorras la compra del ampli, ya que está integrado en la carcasa de los monitores. Debes comprobar que el nivel de salida de tu tarjeta de sonido (-10dBv o +4dBm) es compatible, y verificar que las conexiones de salida de esa tarjeta son balanceadas, ya que algunos monitores activos son sensibles a las interferencias de tu ordenador si utilizas cables no balanceados. De todas formas, si puedes conectar digitalmente los monitores, no has de preocuparte por esas cuestiones.


Los controles de volumen de los monitores activos sirven para su calibración, pero no se utilizan todos los días. En cambio, usas el control de nivel de tu hardware de audio, o de su panel de gestión. Otra opción es adquirir un controlador de monitores. Aún así, no deberías utilizar el fader ‘máster’ de tu secuenciador para el volumen, ya que éste se utiliza para ajustar el nivel de grabación de la mezcla final.

No es que los monitores activos sean mejores que los pasivos. En un rango de precios determinado, los pasivos son más económicos, ya que el ampli no está incluido en el precio. El mercado actual ofrece muchos más altavoces activos que pasivos, y su rendimiento general es más previsible.

En cualquier caso, recuerda que los monitores de campo cercano no alcanzan la capacidad de respuesta en graves de los de campo medio y de otros modelos más grandes. Si mezclas discos en los que es vital la respuesta en graves, comprueba tu mezcla en un sistema más completo antes de pasarla a CD.






¿Dos o tres vías?
Una gran mayoría de instalaciones cuentan con sistemas de dos vías, bass-reflex, con un woofer para graves y una bocina para el resto de banda. Esto simplifica los filtros de cruce, distorsión y pérdida de potencia.

Podemos optar por monitorado de tres vías si contamos con filtros de cruce de calidad y ajuste óptimo. La ventaja fundamental de la que nos beneficiaremos instalando equipos de tres vías será que la banda de medios ( la de mayor sensibilidad del oído) va a ser reproducida por un único altavoz , lo que garantiza una alta definición y linealidad en esa banda.

¿Monitores digitales?
Teniendo en cuenta que muchas de las instalaciones, por no decir todas tienden a los sistemas digitales ¿por qué no los monitores? . Muchos de los monitores que se están comercializando disponen de conexiones digitales, incluso analógicas y digitales para que el usuario decida como va a realizar su instalación. Resumiendo, podríamos concluir en que las ventajas van a estar en la línea de las mejoras o posibilidades que nos ofrece la tecnología digital. Por ejemplo, podríamos efectuar determinadas programaciones en nuestro monitorado digital para simular diferentes escuchas: altavoces de televisión, altavoces de aparatos de radio etc... esto supone que quizás con una buena pareja de monitores digitales, podríamos ahorrarnos otras partidas de cajas que vayan simulando una por una las variadas posibles escuchas.

Más que estéreo
Como todos sabéis la tecnología va a toda maquina. En este sentido, los sistemas de Sorround están evolucionando a pasos agigantados y algunos estudios, así como "homes de lujo" empiezan a contar con instalaciones Sorround. Hace unos días estuve en una demo de una nueva mesa que contaba también con este sistema panorámico y la verdad es que la sensación espacial era más que alucinante pasando el sonido de una esquina a otra de la sala tan solo con mover nuestro dedo por la pantalla del ordenador o sistema de control.


Como es de suponer, la correcta situación de los monitores en el estudio es primordial. Hemos de tener en cuenta que con seguridad cada sala, cabina o centro de control va a proporcionar un "color" diferente al sonido en función de sus condiciones y características acústicas. Por este motivo, hemos de procurar situar los monitores en el lugar más conveniente para evitar a toda costa percepciones confusas de nuestras señales. 







Ajuste de monitores

El sonido de tus monitores se verá afectado negativamente por un entorno acústico mal ajustado. Después de tratar la acústica de la sala, comienza por ajustar la altura de los soportes de los monitores hasta que el centro de las cajas esté al nivel de tus oídos una vez que estés sentado. Si hablamos de colocación lateral, quizá tengas que situar tu mesa de trabajo en el centro de la sala para que los monitores tengan la posición correcta por la parte trasera. Recuerda que ante todo, los monitores no deberían estar colocados muy cerca de la pared; debes procurar que su panel posterior esté al menos a 15cm de distancia de la pared más o menos, para evitar una respuesta exageradamente cargada en graves.

Si ya has colocado tus monitores a la distancia correcta de la pared, quizá te preguntes a qué distancia de ellos debes sentarte. En general, es una cuestión de preferencia, aunque hay bastante gente que se sienta muy cerca y obtiene una impresión antinatural y un tanto “muerta” de cómo sonaría la música en otros equipos. Un poco más de un metro es la distancia ideal para la mayoría de monitores de campo cercano.

El paso siguiente es optimizar la imagen estéreo. La regla más usual dice que la distancia entre ambos monitores no debe ser mayor que la que existe entre tu cabeza y cada monitor; por ejemplo, si estás a 1,20m de los monitores, éstos no deberían estar separados más de 1,20m entre sí, o tu imagen estéreo sería demasiado amplia.

Por último, angula cada monitor de modo que apunte a tus oídos. No es tan estético como tenerlos absolutamente rectos, pero si los colocases de ese modo, estarías escuchándolos fuera de su eje, y fomentarías las reflexiones no deseadas de las frecuencias altas. Algunos monitores te permiten ajustar la respuesta con unos controles de su panel posterior; también ayuda por ejemplo colocar algodón o espuma en los puertos de bass reflex.

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4Comentarios

  1. una consulta, como conecto los monitores activos a la pc? tengo una placa externa con 4 entrads y salidas. Muy bueno tu blog. DSaludos

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    1. Directamente de la salida de la placa a los monitores...
      Saludos

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  2. Hola, tengo unos monitores Alesis m1 active conectados a un Korg 01 W ProX, y me da la sensación de que se quedan escasos de calidad para ese teclado (es antiguo, pero un buen bicho). Estoy pensando en comprarme un Nord Stage o un Roland RD 700, y no sé que monitores podría comprarme para que suene REALMENTE como un Nord o un Roland de esa calidad, que no pierda, ya me he llevado algunas decepciones...

    También me ocurre que suenan demasiado graves (ecualizo el sonido a través del teclado, por desgracia los Alesis no tienen ecualizador), y no sé si es por la habitación, pero es que no me atrevo a acondicionarla, soy asmático, y tengo entendido que los paneles que se utilizan cogen mucho polvo... por otro lado, suenan tan taaaan graves, que no sé si es porque son así, por la puñetera moda de los ultragraves, los subwuufer y demás chorradas... vamos que yo creo que aunque acondiconara la habitación seguiría teniendo el mismo problema.

    En fin, que soy mu delicaito, jeje.

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    1. Hola Marco!!!!
      Ten encuenta que los monitores son de respuesta plana, con lo cual el sonido no es muy rico en agudos ni graves. La solución sería poner un ecualizador de bandas entre los monitores y la fuente sonora...

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