Trucos para Tocar en Directo

Vicente Frías
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Échate un cable. Todos los meses, saca los cables, comprueba que no tienen cortos, ábrelos y echa un vistazo a las conexiones. ¿Tienes en buenas condiciones las tuercas de los conectores? ¿Están los cables gastados o deshilachados? ¡Deshazte de ellos antes de que se deshagan de ti!

¡Cuida tus fusibles! Revisa los fusibles de todos tus equipos. Compra unos cuantos y llévatelos a cada actuación (conviene pegarlos con celo dentro de las fundas de los instrumentos para tenerlos a mano cuando los necesites). No, repetimos, no se te ocurra cambiar los fusibles de alimentación (ni cualquier otro) por trozos de cable, clavos oxidados, papel de aluminio ni cuerdas de guitarras. No sufrirás ningún daño – ya estarás muerto antes de chocar contra la pared del fondo del escenario – pero los que estén cerca de ti van a cabrearse mucho… ¡Seguro!

Bien pegados. P: “¿Qué es circular, luego recto y une a todo el mundo?” R: “La cinta adhesiva”. Es cierto, la cinta adhesiva ha sido moneda de cambio habitual en todos los conciertos celebrados hasta la fecha. Mantiene, fija y sujeta los cables a los suelos, las paredes, los techos y demás. No salgas de casa sin ella. La cinta que mejor resultados ofrece es la americana gris de tipo 3M o similar.

Pisando las tablas
. Hace un millón de años luz, alguien hizo una gira de 48 conciertos. El director escénico, que tenía experiencia en el teatro, le echó una bronca tremenda a todo el mundo: “¡Un escenario limpio es un escenario feliz!”, e inmediatamente obligó a algunos roadies a coger la escoba y el recogedor. Vale, estaba un poco loco, pero tenía razón. Si el escenario está ordenado evitarás muchos accidentes. Precinta todos los cables al suelo y manténlos fuera del alcance del público y de los músicos. Esconde todas las bolsas, abrigos y maletines, porque consiguen que el escenario parezca una sala de equipajes perdidos. Si piensas profesionalmente, contagiarás a los demás.

¿Qué es ese ruido? No enchufes los instrumentos con los faders ni los controles de volumen arriba. Es propio de novatos y perjudica seriamente a los altavoces. Si lo intentas cuando estés trabajando con un equipo de sonido profesional, te irás acostumbrando a usar las muletas en menos de dos días por cortesía de los técnicos e ingenieros.

¿Dónde está Wally? Después de cada concierto repasa todo lo que te has llevado. Antes de irte, comprueba los lugares más probables y, sobre todo, los más improbables. Y cuando hayas terminado, vuelve a revisarlo todo. Si lo que te llevas a un concierto es importante ( ya sea un sinte, un ampli o un paquete de chicles), será igualmente importante que vuelva a casa contigo.

Controla los discos. Llévate dos copias de seguridad de cada tarjeta FLASH, disco duro, diskette, disco Zip o el medio de almacenamiento que uses. Guárdalos en dos sitios completamente independientes, como la bolsa de los cables y tu mochila de siempre. Si pasa lo peor, y no funciona el disco principal, por lo menos dispones de dos oportunidades para volver a cargarlo en directo. Y conserva una copia de todos tus archivos en el PC o Mac de tu casa.

¡Vaya transformación! Muchos teclados y dispositivos para tocar en directo utilizan sus propios transformadores y alimentadores, pero también conviene que lleves uno de reserva. Los fabricantes cambian hábilmente el voltaje y el tamaño de los conectores, así que ten cuidado. Un transformador de corriente alterna de 15V hará auténticos desastres con un sinte de 9V, así que emplea el alimentador adecuado. Si estás desesperado, siempre puedes echar mano de uno de esos transformadores múltiples para emergencias.

Los soportes. Asegúrate de que tienes los soportes y los racks adecuados para todos tus teclados y equipos. Lo que te va bien en tu cuarto no tiene por qué valer en escena. Asegura su estabilidad en los ensayos y si no es así, cámbialos… porque seguro que se caerán durante el concierto. También debes marcar con un rotulador o cinta la altura a la que quieres que estén. Con las prisas de montar es fácil ajustarlos a una altura equivocada y, créenos, ¡un solo centímetro de diferencia resulta tan incómodo como ducharse con los calzoncillos puestos!

Programa tu actuación. Si basas tu concierto en una lista de temas, llévate unas cuantas copias extra por si acaso. Tienen la asombrosa costumbre de autodestruirse diez minutos antes de la actuación. Si no, ¡tendrás que improvisar con el rollo de papel higiénico! Asegúrate de que toda la gente con la que estás trabajando tiene la misma lista de temas.

Controla tu euforia. Armarse de valor y relajarse un poco puede formar parte del ritual de la actuación. Sin embargo, es muy fácil emborracharse y hacer el pelele delante de 300 personas. También es una forma segura de perder conciertos, a menos que tengas que conservar una extraña reputación.

Cubatas en la tarima. No es muy agradable que cinco euros de cerveza acaben derramados sobre 5.000 euros invertidos en equipos, así que no conviene tener bebidas cerca de ellos, a menos que sean botellas de agua con tapones a prueba de tontos.

Por otra parte… si no conduces, cuando termina el concierto, es habitual quedarse tomando unas copas, ¡aunque posiblemente el gorila de la puerta no sea amigo tuyo! En realidad, todo depende de si hay que aclarar algunas cuentas, o si es hora de ir pirándose. Es mejor volver a casa, sacar las birras y los cubatas del frigo ¡y empezar entonces una nueva fiesta!

Perdido en el espacio. Resulta sorprendente la facilidad que tiene la gente para indicar una dirección equivocada y quedarse tan ancha. Cómprate un callejero y un mapa de carreteras, consigue la dirección exacta del local y anota el número de teléfono. Repasa el mapa y vete al concierto. ¡No supongas nada! Las indicaciones que hablan del número de farolas, campanarios de iglesias y fábricas (que debe haberse tragado la tierra, porque si no…) no sólo son dudosas, ¡sino también lamentablemente habituales!

A quien madruga… Date un tiempo suficiente para llegar al local y montar todo con tranquilidad. Y añade algo más. Apresurarse en un club medio lleno con el promotor mordiéndote la oreja y el DJ residente riéndose de ti, suele provocar que montes el equipo de tal forma que quede inútil en unos segundos. Eso también quiere decir que te pasarás los 15 primeros minutos de tu actuación intentando orientarte en el escenario y en la actuación.

[Ven conmigo. A algunos artistas les gusta subir gente al escenario, y a otros no. Es una decisión que depende de ti y de la gente que trabaje contigo. Una o dos personas están bien, pero un escenario lleno de público es un caos tremendo y una situación para provocar accidentes.

Se mira pero no se toca. Asegúrate de que nadie, excepto los músicos y los técnicos, toque o manipule los equipos antes o después del espectáculo. Dejar que tu primo “Tino” de cuatro años juegue con los platos en una fiesta familiar es un preludio para que su padre y sus colegas del equipo de rugby se pasen de la raya en un ataque de “diversión” cuando estén borrachos. ¿Y van a darte algo de pasta para compensar los equipos que han destrozado? Tendrás suerte si se disculpan. ¿Por qué no les pides que te dejen darte una vuelta en su nuevo BMW aunque no hayas conducido nada más grande que un cortacésped? Es más o menos lo mismo…

Alquila un PA. Es muy recomendable conseguir un PA (el sistema de sonorización Public Address) para dar conciertos en locales que no tengan su propio sistema de altavoces… o sino, alquila uno. Antes de nada, cuéntale a la compañía lo que necesitas (micros, salidas, monitorización y demás). Y sé amable con ellos. Si no te portas bien con los técnicos del PA, seguro que sonarás como un contestador telefónico desvencijado, así que trátales bien.

Los VIP.
Una sala normal se portará bien con tu lista de invitados, siempre que cada miembro del grupo no invite a más de dos personas. No puedes esperar que el dueño del local se quede conforme si le presentas una lista de 30 amigotes.

El contrato. Aunque sea un simple papel que diga el día, la hora, el local, quién toca, quién paga y cuánto paga, eso mucho mejor que nada, que es lo que acabarías cobrando sin un contrato. Por cierto, asegúrate de cobrar en metálico o con un cheque conformado siempre antes de salir a tocar -es lo más recomendable si no quieres irte con las manos totalmente vacías. Eso de “el promotor está llegando con un cheque” o “venga, tocad, luego arreglamos cuentas” suele fallar en once de cada diez ocasiones… Ya nos entiendes.

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