Los procesos dinámicos son los más comunes dentro de la masterización. Procesadores típicos que se usan son los expansores, lo compresores, los limitadores, los maximizadores, etc. También es típico hacer uso de procesadores de frecuencia o ecualizadores.
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Mastering Mansión (Madrid) |
Existen multitud de cadenas de masterización. Cada ingeniero utiliza su técnica, que es la que le ha dado los resultados que desea gracias a la experiencia y práctica. Por tanto, sería inútil intentar definir un método válido. Por el contrario, si se puede comentar el uso que se le espera dar a ciertos procesadores:
Procesadores de frecuencia
Es habitual utilizar algún tipo de ecualizador en este punto. Dentro de la cadena de masterización suele ser uno de los primeros elementos a incluir. Como un ecualizador no es más que una ganancia en un rango de frecuencias, existe la posibilidad de saturar la señal en este punto. Para evitar esto, es importante que se haya tenido en cuenta anteriormente en el proceso de mezcla. La mejor manera para no tener este problema es que el nivel de señal de la mezcla final no este excesivamente cerca del nivel de saturación. Aún así, deberá ser alto para garantizar una dinámica general grande, lo que es beneficioso en términos de calidad de sonido final, pero siempre respetando un margen para que durante el proceso de masterización, el ingeniero en cuestión tenga un rango de actuación.
El tipo de ecualización que se suele aplicar en el proceso de máster es una ecualización muy suave, donde se buscan matices pequeños, o solventar algún leve problema de la mezcla, como puede ser un exceso de graves, o falta de presencia en agudos. Se recomienda variaciones menores a ± 2 dB. Modificaciones mayores en ecualización debieran resolverse en el proceso de mezcla.
También pueden utilizarse para enfatizar levemente las frecuencias comprendidas en el rango de la voz, consiguiendo de este modo darle más presencia dentro del conjunto si hubiera quedado algo oculta. De nuevo, variaciones de pocos decibelios es lo que se espera para tratar este problema.
Compresor
Es habitual realizar algún tipo de compresión durante la masterización. Si se realiza la compresión vía hardware, se suelen utilizar compresores de alta gama, normalmente a válvulas, y se realizan compresiones poco agresivas, controlando la señal y sacando un poco más de cuerpo para que suene más contundente. También se puede realizar una compresión en cadena, usando varios compresores uno detrás del otro. De este modo se consigue una compresión más suave que si se realizara con un único compresor, aún comprimiendo en ambos casos la misma cantidad de señal.
Además, se pueden utilizar técnicas varias como puede ser la compresión paralela, donde se suman dos señales iguales (una muy comprimida y la original) para obtener más densidad y cuerpo en la señal.
Por otro lado, si se hace vía software, lo normal es utilizar un compresor multibanda (en hardware también puede ser multibanda), ya que se tiene mayor control de la compresión que se va a realizar a la señal. Con este tipo de dispositivos, los ajustes se realizan independientemente en las distintas bandas de frecuencia (típicamente trabajan con 4 o 5 bandas ajustables). Sirve para comprimir más suavemente que con un compresor estéreo ya que, superado el umbral de compresión, en el compresor multibanda sólo se vería afectada la banda de frecuencias que ha superado dicho umbral, mientras que en un compresor estéreo la compresión afecta a todo el audio.
Modo M-S
Existe un formato de dos canales distinto al L-R común (izquierda – derecha). Se trata del formato M-S (mono – stereo) y se obtiene a partir del L-R. El canal M contiene la información mono común en ambos canales L-R, mientras que el canal S contiene la información estéreo, es decir, el resultado de restar L a R o viceversa.
Esta conversión de formatos se realiza mediante un conversor M-S y sirve para poder tratar independientemente la información mono y la estéreo. Posteriormente, haciendo pasar de nuevo los canales por el conversor M-S volvemos a tener dos canales L-R.
En el canal M se tendrán todos aquellos sonidos que se han dejado en el centro de la mezcla, como puede ser la voz, el bajo, el bombo, etc., y en el canal S el resto. Procesando cada canal por separado se pueden obtener distintos resultados. Por ejemplo, si se quiere dar más presencia a la voz sin afectar demasiado a la dinámica general, se puede comprimir el canal M únicamente. Por otra parte, se puede manejar la sensación estéreo de la mezcla dando más o menos presencia al canal S antes de volver a convertirlo a L-R.
Maximizador - Limitador
El limitador es utilizado generalmente en el proceso de masterización como último eslabón de la cadena. Su objetivo es evitar que ningún pico de señal sobrepase el umbral de saturación en el Máster final. Con ello se limita en la señal el nivel máximo que puede experimentar sin llegar a distorsionar para posteriormente enviar el resultado a la fábrica de copias y que no haya ningún problema en el producto final.
Muchas veces se utiliza como complemento al limitador un maximizador. Este dispositivo aumenta la ganancia de la señal para posteriormente limitarla. Con esto se obtiene un aumento considerable de volumen general sin saturar la señal. Evidentemente, esto conlleva una degradación de la señal, generada en el propio limitador al necesitar una compresión en un tiempo muy corto para así evitar picos que saturen. Será el propio oído el que identifique el máximo nivel que se le puede enviar al limitador sin que la degradación prevalezca sobre el aumento de volumen.
Controles visuales de medida
Aunque la herramienta más útil de un ingeniero en las producciones musicales es su oído, en el proceso de masterización es habitual contar con herramientas visuales de ayuda. Estas herramientas miden distintas características del audio para dar información al ingeniero que no pueda experimentar fácilmente con la simple escucha. Suelen ser tres los tipos de medidores más comunes, y dan información sobre nivel de señal, para evitar saturaciones producidas por transitorios y que pasan desapercibidas, de fase, para evitar cancelaciones de fase entre los distintos canales y respuesta en frecuencia, para ver el espectro general del audio con el que se está trabajando.
Conclusiones
El proceso de masterización es un proceso muy delicado donde se debe tener presente cuales son los objetivos. Se busca una mejora de la calidad del sonido obtenido en el proceso de mezcla intentando conseguir un aumento de volumen que no comprometa la calidad. Se intentará homogeneizar aquellas canciones que formarán parte de un conjunto para que tengan sentido en el contexto. Igualmente, se busca normalizar el sonido a la calidad obtenida en la industria musical.
Es importante contar con una buena mezcla, ya que no se pueden resolver todos los problemas en la masterización. Si no se puede remezclar, se hará uso de las herramientas disponibles para intentar paliar los problemas existentes en la propia mezcla antes de atacar los cometidos propios de la masterización.
Es buena idea que la realización de la mezcla y de la masterización la hagan personas diferentes, ya que el oído se acostumbra y se vicia pronto, y muchas veces pasan desapercibidos problemas que rápidamente encontraría otra persona.
Por último, tras finalizar el ajuste del sonido, es propio de la masterización realizar la edición necesaria, como pueden ser los cortes de principio y final y ajustar la transición entre canciones dentro de un disco. También se deberá contar con un grabador de CDs de alta calidad para fabricar la primera copia (el Máster) que se enviará a la fábrica para duplicar (en el caso de que se requieran copias en CD).
Alejandro Turrión Pérez