Las causas más frecuentes serán:
1. Problemas en nuestros cables, o conexiones mal realizadas.
2. Fallos de configuración de los instrumentos o módulos.
3. Fallos de la máquina en sí misma.
2. Fallos de configuración de los instrumentos o módulos.
3. Fallos de la máquina en sí misma.
Siguiendo una búsqueda lógica y planificada, no será difícil dar con el problema con el que tropezamos. En el caso de que después del análisis detectáramos errores físicos en el "instrumento", no es recomendable intentar abrirlo ni repararlo ya que suelen ser aparatos extremadamente complejos y, por otra parte, es ardua la tarea de encontrar los recambios apropiados fuera del servicio técnico indicado. Por tanto, muy probablemente causaremos más daños al equipo y sin duda lo mejor será solicitar la reparación por parte de un profesional.
CABLEADO
Los cables, son en efecto la parte más sensible y problemática de nuestro sistema. A pesar de que lo lógico es pensar que una vez instalados y con la obtención del resultado deseado no deberían estropearse, debemos pensar que la mayoría de las veces el cableado queda por el suelo, está sometido a tropiezos o, sencillamente, al reconfigurar el equipo sacando y metiendo clavijas éste pueden deteriorarse.
Suele resultar práctico disponer de un medidor de continuidad (algo que nos será útil también a la hora de comprobar nuestro cableado de audio). Un sistema sencillo podría estar basado en una lámpara y una pila. De este modo podemos verificar el cable en cuestión, comprobando si existe corriente eléctrica entre una patilla y otra.
Los cables midi no tienen conexiones cruzadas, de modo que la patilla 2 de un extremo se conecta a la patilla 2 del segundo y lo mismo para las patillas 4 y 5. Los dispositivos midi no emplean las patillas uno ni cuatro.
Tal sencillez, si contamos con una mínima pericia frente a un soldador, permite que nosotros mismos podamos elaborar nuestro personal cable midi, que disponga de la medida indicada.
Otra forma de comprobación, que imagino ya habréis probado en diversas ocasiones, será la de conectar dos unidades que sabemos funcionan perfectamente con un cable nuevo y/o seguro. Posteriormente sustituimos el cable "seguro" por el "problemático" cerciorándonos de si en efecto el cable presenta irregularidades.
Una anomalía frecuente que puede estar ocasionada por un cable en malas condiciones, será la de la transmisión intermitente. Puede que el cable este medio partido y haga contacto solo en ocasiones; esta situación provocará un estado de descontrol, ya que en algunas ocasiones los sistemas funcionaran a la perfección y en otras nada responderá de la forma prevista. Muchos fallos, como que una nota quede sostenida, o que incluso llegue a perderse, pueden estar debidos a estos mismos errores del propio cable.
El hecho de encontrar al "maleante" (cable defectuoso) no debe ser una tarea complicada. Imaginemos que en un sistema en estrella, si una unidad falla, lo más probable es que el cable que conecta el aparato con la caja TRHU esté dañado. Podría darse el caso de que fuera la propia unidad la averiada, pero seguramente tendríamos señales claras de su mal funcionamiento, como que no nos apareciera la pantalla de inicialización o algún problema parecido que nos sugiera de forma contundente la avería.
En el caso de que en nuestro sistema de estrella, no funcionara absolutamente nada, debemos pensar que el averiado es el cable que se dirige desde el controlador a la caja THRU.
Resumiendo por tanto, en función de cómo tengamos organizado nuestro cableado, debemos analizar cuál es el cable que puede estar haciéndonos volver locos. Deduciendo por ejemplo, que si nuestro montaje está en cadena, el fallo de un cable inicial puede alterar las señales de todos los equipos siguientes.
Como consejo, recomiendo (especialmente si nuestro sistema tiene tantos cables como pelo trenzado) resumir mentalmente el montaje de nuestro estudio para tener claras las posibles averías antes de actuar. Si no mantenemos un orden lógico, terminaremos volviéndonos locos sin saber qué hemos verificado y qué no.
Por último, advertir que en función de la calidad de nuestro cable (existen cables que permiten la apertura de los conectores -generalmente metálicos- y por tanto su reparación, en contraposición a los cables de conectores de plástico soldado que no ofrecen ninguna posibilidad de actuación) debemos abrir el mismo para verificar y/o soldar o echarlo a la papelera para su directa sustitución.
COMPROBANDO SEÑALES
Una vez que estamos seguros de que todos los cables funcionan correctamente, y siempre que persistan los fallos, debemos empezar a pensar que pueden existir problemas de configuración. Teniendo en cuenta la complejidad de los cada vez más sofisticados instrumentos electrónicos, es fácil que, aunque seamos expertos, cometamos inicialmente algún fallo de configuración.
En cualquier caso siempre es conveniente verificar todas las posibilidades antes de enviar el aparato al servicio técnico. Solo en el caso de percibir claras señales de avería, como una muestra de caracteres aleatorios en la pantalla de inicio, fallos de alimentación, o claras deficiencias en las señales de audio (asegurando el correcto funcionamiento del cable), podemos concluir en el posible malfuncionamiento del propio instrumento, módulo etc...
Existen diferentes analizadores de señal (incluso software) que pueden ayudarnos a las diversas tareas de verificación. Las unidades análisis más simples estarán constituidas por varios diodos LED que nos irán indicando los tipos de mensaje y los canales utilizados.
Por otra parte, a veces es más sencillo conectar nuestra unidad "problemática" con otra unidad que sabemos que funciona perfectamente. Preferiblemente (ésta segunda) una unidad sencilla como puede ser un teclado que conozcamos sobradamente. De este modo podremos intentar configurar las opciones más frecuentes y detectar si existen realmente problemas.
¿SEGUIMOS CON PROBLEMAS?
Si después de seguir todos estos pasos, continuamos teniendo problemas...
Quizá lo mejor sea respirar, no perder la paciencia y hacerse una infusión mientras repasamos detenidamente el manual del "sospechoso".
A veces el detalle más insignificante puede ser el causante de horas de comprobación. Por ejemplo:
a) Algunos aparatos incluyen un interruptor de desactivación midi y quizá de forma inadvertida lo hemos pulsado.
b) Estamos operando en el canal incorrecto.
c) Hemos repasado cien veces la conexión y damos por buena una que finalmente detectamos como errónea (no se recomienda dar cabezazos contra la pared en este caso).
d) Ciertos instrumentos midi disponen de una batería que, aún estando diseñada para una muy larga duración, puede haber sufrido una descarga, desbaratando por tanto el funcionamiento de la unidad.
e) Olvidamos comprobar la activación/desactivación de los filtros midi. Motivo que seguramente nos volverá locos.
f) No hemos leído el manual y pretendemos que la unidad realice una función que realmente no puede hacer.
CONCLUSIONES
Resumiría aconsejando la detenida lectura del manual de instrucciones (que por cierto debe exigirse en castellano) de la unidad , comprobación pausada y segura de todos nuestros cables (sustituyendo cualquiera de ellos que presente cortes, roturas o chapuzas caseras), repaso y verificación de las configuraciones (comenzando desde las cosas más tontas o básicas para ir pasando a las más complejas) y, por último, y en el caso de que la unidad defectuosa no funcione bien "ni a la de tres" dirigirnos al servicio técnico, garantía o tienda donde lo compramos.
Aunque tengo la seguridad absoluta de que todos vosotros habéis pasado o pasaréis por una mañana desesperante buscando el dichoso parámetro que hace que vuestra inspiración se esfume, dejo aquí este resumen de experiencias que quizá os den pista del fallo con el que no conseguís dar.
Manuel Gallego ISP