Cuando escuchamos dos tonos musicales distintos de forma simultánea, y el resultado suena agradable a nuestro oído, se dice entonces que estos tonos son consonantes; si resultara un sonido desagradable se diría que son disonantes. La consonancia entre dos sonidos se debe a que ambos tienen armónicos en común, mientras que la disonancia se da cuando entre dos sonidos existe un intervalo próximo al semitono.
Se denomina armonía a la técnica musical donde se estudian las normas de la consonancia entre distintos acordes; esta disciplina surgió del análisis de las obras escritas por los grandes compositores clásicos, si bien sus normas pueden aplicarse perfectamente a la mayor parte de estilos musicales, ya que están basadas en la sensibilidad del oído humano. La armonía se fundamenta en el análisis de los armónicos naturales que acompañan a todo tono musical, y además regula la sucesión y el encadenamiento de los acordes emitidos por un instrumento.
La armonía depende de los espacios o intervalos entre las notas musicales, de forma que el efecto agradable al oído -consonancia- se obtiene por el mantenimiento de una relación fija de frecuencias entre una nota y la que le sigue, o entre una nota y las que suenan al mismo tiempo.
Cada nota musical está separada de la siguiente por un mismo intervalo de frecuencia, que es aproximadamente de un 6 por ciento; así, con doce intervalos consecutivos se dobla la frecuencia de partida, y se alcanza el primer armónico de dicha frecuencia. Dos notas espaciadas por doce intervalos tienen frecuencias doble o mitad, según la nota que tomemos como partida (Por ejemplo 80 Hz y 160 Hz).
Figura 2 |
En el teclado de piano de la figura 2 se puede observar como cada doce intervalos, integrados por siete teclas blancas y cinco negras, contiene un margen completo de frecuencias patrones; y como al pulsar la octava tecla blanca emite la frecuencia armónica de la primera tecla desde donde se comience a contar.
En la música escrita cada una de las frecuencias patrones que reproducen las teclas blancas son designadas por las notas musicales Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si, Do (C, D, E, F, G, A, B, C en la notación sajona). Hay que remarcar que, en realidad, son siete notas, mientras la octava tecla repite la misma nota ya que constituye el segundo armónico de la misma.
Sobre consonancia y disonancia musical existen variados puntos de vista; hemos aprendido a apreciar ciertas combinaciones de acordes como consonantes y otras como disonantes, si bien ello es debido básicamente a las reglas y a las costumbres musicales. Normalmente una formación musical podrá variar nuestra experiencia subjetiva de consonancia o disonancia, un oído con una buena formación musical podrá percibir muchas cosas en la armonía que escaparán a los que no posean esta formación. Una vez dada cualquier nota musical, ¿Cuáles son los intervalos que serán consonantes con dicha nota?.
Según las reglas clásicas de la armonía los intervalos consonantes son los siguientes:
Nombre Distancia en semitonos Relación entre frecuencias
Octava doce 2:1
Sexta Mayor nueve 5:3
Sexta menor ocho 8:5
Quinta siete 3:2
Cuarta cinco 4:3
Tercera Mayor cuatro 6:4
Tercera menor tres 5:4
En la figura 3 se muestra la consonancia y la disonancia de dos tonos musicales. Cada uno de ellos contiene una frecuencia fundamental y cinco parciales armónicos; obsérvese como aparecen los picos de consonancia en los intervalos mencionados, siendo el que representa la octava el más pronunciado.
En este gráfico la distancia horizontal mide la diferencia de frecuencias, o sea los componentes de las frecuencias con razón de 2 a 1 están separados por una octava.
Figura 3 |
Carles P. Mas