Si los micrófonos pueden ser considerados como los oídos de una cadena sonora, y los altavoces como la voz de esta cadena, ¿Con que parte de nuestra anatomía pueden compararse los amplificadores?. Algunos dirán que con el corazón (y quedarán muy bien), otros con los pulmones (puede que estén en lo cierto); pero a mi me gusta pensar que los amplificadores son como los músculos de un sistema, ya que una mayor musculatura aumenta la potencia disponible.
El amplificador, a pesar de su vital importancia, suele ser el elemento menos vistoso en cualquier cadena de sonido.
De carácter sencillo y muy trabajador, el amplificador («ampli» para los amigos) no tiene el porte airoso de ciertos micrófonos: cómodamente instalados en sus soportes e iluminados por los focos, que comparten con los artistas.
Ningún amplificador presume ante la audiencia de tener más controles que nadie, tal como hacen algunas mesas de mezcla presuntuosas, que gustan situarse en medio del público para quitar protagonismo a los músicos.
Los amplificadores no se vanaglorian jamás de su potencia (y bien que la tienen) como lo hacen las cajas acústicas, que pugnan entre ellas para colocarse en los puntos más visibles del escenario, donde se dejan contemplar envanecidas por su fuerza. Nada de esto, el 'ampli' tiene una apariencia poco espectacular. Debido a su naturaleza humilde y tímida siempre se esconde del público detrás de los altavoces o en racks disimulados, desde donde efectúa su función con una constancia admirable, y sin darse la importancia que sin duda merece.
ECUACIONES FUNDAMENTALES. LEY DE OHM
Para facilitar una mejor comprensión de como funciona y de las aplicaciones prácticas de los amplificadores, es conveniente conocer las relaciones entre voltaje, impedancia e intensidad eléctrica. Estas relaciones quedan determinadas por la ley de Ohm, una de las ecuaciones básicas de la física electrónica.
Consideremos el circuito cerrado que aparece en la figura nº 1. Una pila o una batería es la fuente de alimentación de este circuito, estando indicados con los signos + ó - las terminales de esta fuente. Podemos considerar que en la terminal negativa existe un exceso de electrones, mientras que la terminal positiva registra una baja cantidad de estas partículas, en relación con la terminal opuesta. Por este motivo se produce una corriente de electrones por el circuito, que fluye desde la terminal negativa (donde hay demasiados) hacia la terminal positiva (donde hay pocos). Una resistencia (R) con un valor adecuado impide que el flujo de electrones sea demasiado rápido, moderando la diferencia de potencial entre las dos terminales de la fuente de alimentación, e impidiendo el cortocircuito.
Figura 1 |
La relación entre la diferencia de potencial (o voltaje), el valor de la resistencia, y el flujo de electrones (corriente eléctrica) fue definida por la ley de Ohm:
I= E/R
siendo I la corriente medida en amperios, E la diferencia de potencial en voltios, y R la resistencia eléctrica mesurada en ohmios.
Si conocemos el voltaje de la pila -supongamos de 3 voltios- y la resistencia es de 100 ohmios, la ley de Ohm nos permite calcular cual será el valor de la corriente que transcurre por el circuito:
I = 3/100 = 0'03 amperios = 30 miliamperios
Usando las lógicas transposiciones algebraicas podremos conocer las fórmulas para encontrar los otros valores:
R = E/I E = I.R
Los conceptos de resistencia (R) e impedancia (Z) son parecidos, y se habla de resistencia cuando se trata de la oposición a la corriente continua, y de impedancia cuando se trata de oposición a la corriente alterna. El símbolo que representa la impedancia es "Z"; quedando las ecuaciones de Ohm para la corriente alterna de la siguiente forma:
I = E/Z Z = E/I E = I.Z
Veamos el circuito representado en la figura 2.
En él, la corriente fluye alternativamente hacia un sentido y hacia el otro, ya que se trata de corriente alterna. Suponiendo que se conozca el voltaje -12 voltios- y que la impedancia sea de 100 ohmios, la intensidad que circulará por este circuito será de:
I = 12 / 100 = 0'12 amp = 120 miliamperios
El concepto de potencia eléctrica describe la energía utilizada al circular una corriente eléctrica a través de una resistencia. La unidad en que se mide la potencia eléctrica es el vatio, y la fórmula para hallarla es:
P = E.I
Siendo P la potencia en vatios, E la diferencia de potencial en voltios, y I el flujo de corriente en amperios.
La relación de esta fórmula con las anteriores nos proporciona las ecuaciones que nos permiten hallar una potencia eléctrica, conociendo tan sólo dos valores:
P = I².R (o Z) P = E²/R (o Z)
Volvamos al circuito de la figura 2, del que conocemos el valor de la intensidad (0'12 amp), de la resistencia (100 ohmios), y de la diferencia de potencial (12 V); usando cualquiera de las dos ecuaciones podremos calcular la potencia eléctrica que el circuito proporciona:
P = 0'12² . 100 = 1'44 W. P = 12² / 100 = 1'44 W
El nomograma expuesto en la figura 3 nos permite hallar cualquier valor situado en el círculo interno; mediante las fórmulas descritas entre los dos círculos.
Figura 3 |
AMPLIFICACIÓN DE TENSIÓN Y DE POTENCIA
La tensión que se obtiene de un micrófono, de la pastilla de una guitarra, o del cabezal de un magnetofón es muy débil, del orden de unos milivoltios; mientras que los altavoces, encargados de transformar las señales eléctricas en vibraciones sonoras, precisan de una considerable potencia para cumplir su función. Se necesitan, pues, de una serie de etapas que transformen las débiles tensiones recogidas en las fuentes de señal y las conviertan en señales de potencia muy superior; pero que en todo caso conserven una gran semejanza con las originales.
Las etapas que refuerzan la señal de audio reciben el nombre de amplificadores; y pueden estar contenidos en el interior de algún otro elemento (una mesa de mezclas, etc...), o bien ser una unidad física independiente.
En la figura 4 se muestra la constitución de un sistema amplificador integrado, que recibe la señal de una fuente -por ejemplo un micrófono- entrega un voltaje suficiente para mover unos altavoces. El circuito de entrada es el preamplificador, cuya función es la de proporcionar un acople idóneo entre la impedancia de salida de la fuente y la impedancia de entrada del propio amplificador con el fin de obtener la mayor transferencia posible de energía.
El previo puede tener varias entradas, y cada una de ellas estará preparada para trabajar con unas impedancias determinadas, adecuadas a la fuente que se conecte. Cuando la señal sale del preamplificador se mantiene dentro de unos niveles de amplitud uniformes, sea cual sea su origen.
Figura 4 |
El segundo paso es el amplificador de tensión, cuya finalidad es la de elevar la pequeña tensión de la señal para que alcance una amplitud suficiente para poder ser procesada, o para excitar a la etapa final: el amplificador de potencia. La etapa de potencia amplifica la señal en amplitud, proporcionando la energía necesaria para activar el altavoz o los altavoces conectados a su salida.
Habitualmente, los denominados previos están constituidos por un preamplificador (que iguala las impedancias) y un amplificador de tensión; mientras que la etapa de potencia suele constituir una unidad independiente en los sistemas de amplificación en directo.
La fuente de alimentación proporciona las tensiones eléctricas de corriente continua y de polarización, que permiten el funcionamiento correcto de las otras partes del amplificador. Ya que la corriente eléctrica de la red es alterna, y la corriente que precisan las diversas etapas de un amplificador es continua, la función de las fuentes de alimentación determina el buen funcionamiento del conjunto. De su calidad depende en gran parte la buena operatividad del amplificador.
NIVEL DE LA SEÑAL Y POTENCIA EN EL AMPLIFICADOR
Los niveles de tensión en la señal que transporta un amplificador son muy diversos, ya que comprenden valores inferiores a un milivoltio (como la señal que recibe de un micrófono) hasta más de 50 voltios, una tensión que puede entregar a su salida un amplificador de 300W que trabaje con una impedancia de 8 ohmios.
La figura 5 muestra, como ejemplo, cuales son los niveles de tensión en distintos puntos de un amplificador integrado (previo + etapa) que proporciona una potencia de salida de 10 vatios, sobre un altavoz de 4 ohmios de impedancia.
Suponiendo que la tensión de salida del micro sea de 1 milivoltio, el amplificador de tensión eleva mil veces la tensión de la señal (de 1 mV a 1 V), mientras que la etapa de potencia aumenta la tensión que recibe unas 70'7 veces (de 1 a 70'7 V). Como los altavoces precisan de una corriente intensa para poder funcionar, más que una tensión elevada, se suelen emplear transformadores reductores de tensión, que provocan un aumento de la intensidad. Así la señal aplicada al altavoz tiene una tensión reducida (6'4 V), pero una intensidad considerable
Niveles de tensión en un amplificador de 10W. Figura 5. |
La potencia que un amplificador puede entregar está en función de la propia capacidad del mismo, y de la impedancia de salida que se utilice. Por esto las especificaciones de la potencia en un amplificador deben indicar cual es la impedancia con la que se ha hecho el cálculo. Es deseable, así mismo, que se especifique la gama de frecuencias que abarca y el porcentaje de distorsión que existe cuando opera a su potencia máxima. Así, una especificación correcta seria:
Potencia de Salida:
Dos canales sobre 8 ohmios. 2 x 250 vatios
Dos canales sobre 4 ohmios. 2 x 480 vatios de potencia continua, con menos del 0'04 % de distorsión armónica, entre 20 Hz y 22 kHz.
Se puede observar como la potencia que este amplificador entrega, si los altavoces operan con una impedancia de 4 ohmios, es casi el doble de la que dispone para la impedancia de 8 ohmios. Esto es lo usual y corriente, ya que a mayor resistencia de carga menor es la potencia que se puede entregar.
RESPUESTA A SEÑALES TRANSITORIAS
En la reproducción musical, el término "transitorio" se refiere a los sonidos que aparecen y desaparecen con brusquedad, como si fueran un impacto. Los instrumentos de percusión generan los sonidos transitorios más característicos, pero no son los únicos, ya que algunas partes vocales -gritos y elevaciones instantáneas de voz- o algunos instrumentos de cuerda -un bajo haciendo tapping- también pueden generarlos.
Si esta brusquedad se pierde en la reproducción, debido a que el amplificador no puede responder con la suficiente rapidez ante su presencia súbita, la audición musical perderá definición. La respuesta a las señales transitorias indica la habilidad del amplificador para reproducir cambios bruscos en el nivel de la señal, y se mide en microsegundos.
La velocidad del barrido (Slew rate) es otra característica que indica la habilidad del amplificador para responder a los cambios rápidos que pueda haber en el voltaje de la señal. Esta velocidad tiene especial importancia para conocer cuál será el rendimiento de una etapa a niveles de voltaje muy elevados, es decir cuando está trabajando a su capacidad máxima (que en muchos casos es casi siempre). La velocidad del barrido se mide en voltios por microsegundo, y cuanto mayor sea el valor del voltaje mejor será la capacidad de reacción del amplificador.
Una relación de 10 ó 15 voltios por microsegundo es correcta en una etapa de baja potencia; mientras que para las etapas de potencias elevadas (más de 200 W. por canal) la velocidad de barrido debe ser al menos de 30 voltios/ microsegundo.
En la figura 6A está representado un cambio instantáneo en el voltaje de la señal de entrada. El amplificador debe reproducir este cambio en su salida, tan fielmente como sea posible.
Debido a las limitaciones físicas del propio circuito de amplificación este cambio se produce con un pequeño retraso, en relación con el tiempo original. Así, en la figura 6B aparece la señal a la salida del amplificador, pero con un ligero retraso respecto a la señal de la entrada (6A).
Aunque ambas cualidades -respuesta a transitorios y velocidad del barrido- miden la capacidad de reacción del amplificador ante cambios rápidos en la señal, no hay que confundirlas entre si.
Figura 6 |
EL AMPLIFICADOR OPERANDO EN PUENTE
Las especificaciones de las etapas de potencia profesionales suelen hacer mención de su capacidad de operar con un único altavoz, en mono; así por ejemplo:
Potencia de salida 2 x 85 W. sobre 8 ohmios. 2 x 150 W sobre 4 ohmios.
300 W, en puente sobre 8 ohmios.
La última especificación informa de la potencia que el amplificador puede entregar si trabaja en mono, con los conectores de salida "puenteados". Cuando un amplificador trabaja con un puente en sus bornes de salida, los dos canales reciben la misma señal a su entrada, pero la polaridad de una de las salidas del amplificador es inversa respecto a la otra salida. Esto se debe a que la inmensa mayoría de amplificadores que existen operan en "pushpull" o contrafase.
Esta modalidad representa una mejora notable sobre las terminaciones única y en paralelo, que son las que se utilizaron para los primeros modelos de amplificador. La terminación en "Pushpull" precisa que las señales de entrada estén desfasadas 180º entre sí. Los componentes activos de la etapa (válvulas, transistores o mosfet) están dispuestos por parejas, de manera que sólo trabaja uno de ellos en cada alternancia de la señal, mientras el otro reposa y se refrigera. En la figura 7 se puede ver el esquema de una etapa de potencia que trabaja en contrafase, siendo sus componentes activos dos válvulas de vacío.
Figura 7 |
La forma de conectar un altavoz (o sistema de altavoces) a una etapa funcionando en puente está mostrada en la figura 8. La carga hacia los altavoces se toma de las terminales positivas de ambos canales; de esta forma la potencia de salida es el doble de la que tendría si conectáramos el altavoz a un sólo canal de salida. Es esencial que se tenga en cuenta cuál es el valor de la impedancia cuando se opera en puente, y que suele ser el doble del valor mínimo que tiene cuando se opera en estéreo.
Figura 8 |
No se debe confundir una conexión en puente con la conmutación de salida en mono que pueden efectuar muchos amplificadores hi-fi, ya que en este último caso los dos canales reproducen la señal con idéntica fase, y cada canal está conectado con una altavoz distinto.
EL FACTOR DE AMORTIGUACIÓN
Cuando un altavoz es puesto en movimiento por una señal eléctrica proveniente del amplificador, la propia inercia de su masa le hará seguir moviéndose aún cuando la señal ya haya cesado. La corriente eléctrica generada por este movimiento residual se considera fuerza contra-electromotriz; en otras palabras es una corriente que deberá ser vencida para mover el altavoz correctamente.
El factor de amortiguación es el parámetro que nos indica la capacidad de una etapa para controlar los movimientos descontrolados de los altavoces, y se obtiene de dividir la impedancia de la línea de carga (entre la etapa y los altavoces) por la impedancia interna que tenga la etapa antes de llegar al transformador de salida.
Cuanto más elevado sea este valor, mejor podrá controlar la etapa el movimiento de los altavoces que tenga conectados.
RELACIÓN ENTRE POTENCIA Y dB SPL
El factor que relaciona la potencia de un amplificador con el nivel de presión sonora que entregan los altavoces es la sensibilidad de los altavoces. Esta sensibilidad viene especificada, generalmente, en decibelios SPL, medidos con una carga de 1 vatio y a un metro de distancia delante del altavoz. Normalmente se envía hacia el altavoz una señal de 1 vatio de potencia, y se mide la presión sonora (en dB SPL) con un sonómetro situado a un metro delante del eje del altavoz.
Si consideramos un altavoz que tenga una sensibilidad de 93 dB SPL, con una capacidad de 100 vatios nominales y 400 vatios de pico, veamos como calcular la presión sonora continua y máxima que este altavoz es capaz de entregar. Recordemos que el decibelio siempre expresa una relación entre valores, y no un valor absoluto. Primero se halla el incremento en dB cuando el altavoz recibe 100 W continuos:
10.log(P1/P2) = 10.log(l00 W /l W) = 10.log 100 = 10.2 = 20 dB
Cuando recibe una carga de 100 W el incremento es de 20 dBs, por encima del valor de la presión que ejerce cuando recibe sólo 1 W; si este valor es de 93 dB SPL, la presión que dará cuando el altavoz reciba 100 vatios será de:
SPL continuo = 93 dB + 20 dB = 113 dB SPL
De la misma manera podremos encontrar el valor máximo de la presión sonora que puede dar el altavoz: 10.log(400 W / 1 W) = 10.log(400) = 10.2'6 = 26 dB
La presión sonora máxima que nos puede entregar será pues de:
93 dB + 26 dB = 119 dB SPL
Si un altavoz tiene una sensibilidad 3 dB inferior a otro, será preciso que reciba del amplificador el doble de potencia que el segundo, para obtener la misma presión acústica. Si tenemos, por ejemplo, un altavoz con una sensibilidad de 90 dB SPL (1 W/1m) y recibe una carga del amplificador de 100 vatios, el nivel de presión que entregará será de:
90 dB + 26 dB = 110 dB SPL
Estos 110 dB están 3 dB por debajo de la presión obtenida con el altavoz del primer ejemplo, empleando la misma potencia del amplificador. Haría falta doblar la potencia que entrega el amplificador para obtener la misma presión sonora. Por esto el técnico considera la sensibilidad de los altavoces con que trabaja como un factor de importancia principal, ya que a mayor sensibilidad del altavoz menor es la potencia de amplificación que precisa para obtener una misma presión sonora.
ESPECIFICACIONES DE POTENCIA EN LOS AMPLIFICADORES
Una especificación típica de una etapa de potencia profesional puede ser como la que sigue:
Potencia continua: 2 x 140 W sobre 8 ohmios.
2 x 225 W sobre 4 ohmios.
Potencia de programa: 2 x 143 W sobre 8 ohmios.
2 x 228 W sobre 4 ohmios.
Potencia en picos: 2 x 288 W sobre 8 ohmios.
2 x 484 W sobre 4 ohmios.
A la vista de esta especificación, uno puede preguntarse cuál es la potencia que nos debe servir de referencia para escoger los altavoces más adecuados para esta etapa. Un primer elemento para calibrarlo será la impedancia de carga con que trabajen los altavoces (usualmente 4 u 8 ohmios). Una vez determinado este valor, veamos el significado estricto de cada una de las potencias arriba indicadas:
Potencia continua
Es la forma más precisa de facilitar la potencia que entrega la etapa, ya que indica que este valor se mantiene sobre toda la gama de frecuencias que el amplificador puede reforzar, y sin sobrepasar el límite de distorsión establecido.
En muchas ocasiones, a esta potencia se la denomina RMS, y aunque esto no es rigurosamente exacto, su valor está lo bastante próximo como para considerarlo válido.
Potencia de programa
Corresponde a la potencia máxima que puede entregar, utilizando una señal de prueba que se asemeja mucho a la señal musical real. Su valor coincide con el promedio de niveles máximos que el amplificador puede entregar, sin distorsión, durante cerca de un minuto.
Potencia en picos
Se refiere a los niveles máximos, de muy corta duración, que el amplificador es capaz de entregar a los altavoces sin que llegue a saturarse. Este valor sólo es válido para sonidos transitorios, con una duración que no supere 1/10 de segundo. La utilidad de esta cifra es, en consecuencia, bastante relativa.
Con todos estos datos nos será posible considerar cuales serán los altavoces que mejor rendimiento ofrezcan, para trabajar con la etapa que se ha mencionado. La potencia nominal del altavoz debe estar en los 140 W si trabaja a 8 ohmios, y en 225 W si trabaja a 4 ohmios; coincidiendo lo máximo posible con la potencia continua de la etapa.
Si la potencia nominal del altavoz es superior a la potencia continua que entrega la etapa, resulta que el rendimiento del altavoz nunca llega a ser máximo, ya que la carga que le envía la etapa no será suficiente.
Cuando la potencia continua de la etapa es superior a la potencia nominal del altavoz, hay que comprobar si también la potencia en picos de la etapa es superior a la que el altavoz puede admitir. Si es así, habrá que manejar el control de ganancia del amplificador con cautela, siempre por debajo de su punto máximo, ya que una sobrecarga de la señal enviada por la etapa podría causar la destrucción física de la bobina del altavoz.
VÁLVULAS, TRANSISTORES, MOSFET,...
En la etapa final de un amplificador siempre hay unos componentes activos cuya función es la de aumentar la intensidad o el voltaje de la señal de audio.
Estos componentes pueden ser de varias naturalezas, si bien los más usuales son las válvulas de vacío, los transistores, y los MOSFET (transistores de efecto de campo). Debido a su carestía y a su naturaleza delicada, la válvula (figura 9) ha sido desplazada por los transistores (figura 10) en casi todos los usos. No obstante, y debido al sonido particularmente dulce que entregan, aún son utilizadas en la construcción de muchos "combos" para bajos y guitarras eléctricas, así como también en algunos amplificadores de excepcional calidad destinados a la alta fidelidad
Figura 10. |
La dureza física, la facilidad en su fabricación, y el coste moderado que tienen, hace que los transistores sean hoy el componente activo más utilizado en todo tipo de amplificadores.
Nuevos componentes descendientes del transistor (FET, MOSFET, etc) se incorporan continuamente a los últimos modelos de amplificadores, ya que ofrecen un sonido más limpio, una elevada capacidad en potencia, y un funcionamiento más seguro que los transistores convencionales.
Una de las diferencias esenciales, en lo referente a la actuación de las válvulas respecto a los transistores, consiste en la forma como recortan una señal cuando ésta sobrepasa su potencia máxima. Cuando la señal emitida se aproxima al máximo potencial de amplificación de la válvula, ésta reacciona cada vez menos en relación con la señal de entrada, resultando una compresión de la señal con un suave recorte, cuando se alcanza la máxima potencia.
Los transistores reaccionan linealmente a la señal de entrada, hasta que llegan a su máxima capacidad; entonces se paran bruscamente, produciendo un recorte de la señal muy marcado. Estos distintos tipos de corte producen diferentes series de armónicos. Cuando un transistor recorta la señal se producen unos armónicos excéntricos y musicalmente inaceptables; mientras que el recorte de la válvula produce series de armónicos más ordenados. La distorsión de la válvula suena más cálida, por esto es utilizada por muchos guitarristas en sus combos.
Figura 11. |
En la figura 11 se puede observar el distinto comportamiento de transistores y válvulas cuando la señal excede a su capacidad.
La solución para disponer de amplificadores con transistores que no sufran este recorte drástico de la señal, es contar con la suficiente potencia de reserva. Sobredimensionando la capacidad del amplificador el transistor no alcanzará el nivel donde recorta a la señal, evitando la distorsión que provoca.
CONTROLANDO LA IMPEDANCIA
La potencia que un altavoz puede extraer de una etapa de potencia es inversamente proporcional a la impedancia de la línea. Esto es fácil de comprobar si se observan las especificaciones de potencia de cualquier amplificador, ya que entrega mayor potencia cuando la impedancia es menor.
Las impedancias habituales en los sistemas de potencia son de 16, 8, y 4 ohmios, valores que corresponden a sistemas de baja impedancia. En estos sistemas la distancia entre las etapas de amplificación y los altavoces debe ser lo menor posible, ya que cuando la longitud de la línea es excesiva se produce una pérdida de potencia, debido a la propia resistencia que ofrece el cable conductor.
Cuando se opera con sistemas donde la distancia entre amplificadores y altavoces es muy notable, será preciso utilizar etapas de potencia con salidas de alta impedancia -entre 250 y 600 ohmios-. En estos casos será obligado el uso de transformadores / reductores que reduzcan la impedancia de la línea, antes de que la señal excite los altavoces.
Como norma general, puede decirse que la longitud de la línea entre las etapas de potencia y los altavoces nunca debe superar los 80 metros (si se trabaja a 8 ohmios), o los 130 metros (trabajando a 4 ohmios); en ambos casos, el grosor mínimo del cable será de 1'6 mm. En cualquier caso, cuanto más corta sea la longitud del cable que une la etapa a los altavoces, menor será la pérdida de potencia que sufra la señal de carga.
La impedancia que ofrecen los altavoces varía ostensiblemente con la frecuencia. En la figura 12 se puede observar una curva típica de la impedancia en un altavoz. Usualmente, la impedancia nominal que se especifica coincide con el valor mínimo de esta curva, que aparece tras el pico de resistencia máxima.
Cuando hay que conectar más de un altavoz a una misma salida de una etapa, es preciso calcular cuál será el valor de la impedancia conjunta que presenten los altavoces. Hay dos formas básicas para efectuar estas conexiones: en serie y en paralelo.
Figura 13 A y B. |
En las conexiones en serie (figura 13A) la impedancia de la línea se hallará sumando las impedancias de los altavoces conectados. En las conexiones en paralelo (figura 13B) el valor de la impedancia se hallará mediante esta fórmula:
Siendo n el número total de altavoces en paralelo.
Así, cuando se deba conectar dos altavoces de 8 ohmios, podemos optar por unirlos en serie con las terminales de 16 ohmios de la etapa; o bien unirlos en paralelo y conectarlos a las terminales de 4 ohmios del amplificador. En ambos casos, siempre que la línea no sea demasiado larga, los dos altavoces absorberán toda la energía suministrada por el amplificador, repartiéndose la potencia entre ambos altavoces por igual.
Las conexiones en serie tienen la ventaja de que las pérdidas debidas a la longitud de la línea son menores que las hechas en paralelo, ya que la longitud total del cableado es inferior. Pero presentan el problema de la posible ruptura o mal función de uno de los altavoces, ya que entonces la señal deja de circular por la línea y ninguno de los dos suena.
En un caso similar (ruptura de un altavoz) una conexión en paralelo permitiría que el altavoz no afectado continuará funcionando.
En cualquier caso, es básico respetar las polaridades indicadas en los bornes de los altavoces y de las etapas (fig. 14). Recordemos que el borne (+) es de color rojo, mientras que el (-) es de color negro.
Figura 14. |
Carles P. Mas