Altavoces, Tipos, Usos y Filtros

Vicente Frías
By -
0


Desvelando el Misterio de los Altavoces

Vamos a explorar un componente esencial en cualquier sistema de audio: el altavoz. Ya seas músico, técnico de sonido, aficionado o simplemente curioso, comprender cómo funcionan los altavoces es clave para apreciar y trabajar con el sonido en su totalidad.


Imagina una cadena de comunicación musical. El músico crea la melodía, el micrófono la captura como una señal de audio (una representación eléctrica del sonido), el amplificador la hace más potente, y finalmente, el altavoz toma esa señal eléctrica y la convierte de nuevo en vibraciones que podemos escuchar, ¡sonido! Es a través de los altavoces que la música cobra vida y llega a nuestros oídos.




El Altavoz: Un Traductor de Electricidad a Sonido

En su esencia, un altavoz es un transductor. ¿Qué significa esto? Simplemente que es un dispositivo que transforma un tipo de energía en otro. En el caso del altavoz, la energía eléctrica (la señal de audio amplificada) se convierte en energía mecánica (vibraciones) que luego se propagan por el aire como ondas sonoras.


La calidad de este proceso de traducción es fundamental. Un buen altavoz será capaz de reproducir el sonido con fidelidad, es decir, con la mayor similitud posible al sonido original capturado por el micrófono. Si el altavoz introduce distorsión o no responde bien a ciertas frecuencias, la calidad del sonido que escuchamos se verá comprometida.



La Caja Acústica: El Hogar del Altavoz

El altavoz en sí rara vez trabaja solo. Generalmente, se monta dentro de una caja acústica o recinto. Esta caja no es solo una estructura para sostener el altavoz; su diseño y construcción influyen significativamente en cómo el altavoz proyecta el sonido.


Piensa en la caja acústica como el "escenario" para el altavoz. Su tamaño, forma, los materiales con los que está construida e incluso si tiene aberturas (como los puertos de graves) afectan a la respuesta de frecuencia (qué tan bien reproduce las diferentes notas, desde graves profundos hasta agudos brillantes), la eficiencia (cuánta energía eléctrica convierte en sonido) y la direccionalidad (hacia dónde se proyecta el sonido).



Los Filtros de Frecuencia: Dirigiendo el Tráfico Sonoro

En muchos sistemas de sonido de calidad, especialmente aquellos diseñados para reproducir música con precisión, no se utiliza un único altavoz. En su lugar, se emplean sistemas multivías, que combinan diferentes tipos de altavoces, cada uno optimizado para reproducir un rango específico de frecuencias:


  • Woofers: Altavoces más grandes diseñados para las bajas frecuencias (los graves).
  • Tweeters: Altavoces más pequeños especializados en las altas frecuencias (los agudos).
  • Mid-range: Altavoces de tamaño intermedio dedicados a las frecuencias medias, donde se encuentran muchas de las características distintivas de las voces y los instrumentos.

Para que cada altavoz funcione de manera óptima, es necesario un sistema que divida la señal de audio en diferentes bandas de frecuencia y envíe cada banda al altavoz adecuado. Este trabajo lo realizan los filtros de frecuencia o crossovers. Imagina que son directores de tráfico que aseguran que las "ambulancias" de los graves vayan por su carril y los "deportivos" de los agudos por el suyo, sin que se mezclen y causen interferencias.



La Magia de la Conversión: De Voltaje a Vibración

El objetivo fundamental de un altavoz es transformar las variaciones de voltaje que le llegan desde el amplificador en un movimiento mecánico preciso del aire. Esta acción es esencialmente la inversa a la de un micrófono. Un micrófono capta las vibraciones del aire (sonido) y las convierte en variaciones de voltaje (señal de audio). El altavoz toma esas variaciones de voltaje (ahora amplificadas) y las utiliza para crear vibraciones en el aire, ¡reproduciendo el sonido!


Es importante notar la diferencia en la intensidad de la señal. La señal de audio que sale de un micrófono es muy débil, del orden de milivatios.

En cambio, la señal que llega a un altavoz desde un amplificador puede ser extremadamente potente, alcanzando varios cientos de vatios. Esta potencia es necesaria para mover el aire con la fuerza suficiente para que podamos escuchar el sonido a un volumen adecuado.



El Altavoz Electrodinámico: El Rey de la Reproducción Musical

La gran mayoría de los altavoces que encontramos en equipos de música, desde sistemas Hi-Fi domésticos hasta grandes equipos de sonido para conciertos, se basan en el principio del electromagnetismo. Estos se conocen como altavoces electrodinámicos o altavoces dinámicos.


El funcionamiento de un altavoz dinámico se basa en la interacción de dos campos magnéticos:


  • Un campo magnético fuerte y constante generado por un imán permanente.
  • Un campo magnético más débil y variable creado por el paso de la señal de audio (la corriente eléctrica amplificada) a través de una bobina de hilo conductor (generalmente de cobre) llamada bobina móvil o voice coil.

Esta bobina móvil está suspendida dentro del campo magnético del imán permanente de manera que puede moverse hacia adelante y hacia atrás. Cuando la corriente de la señal de audio fluye a través de la bobina móvil, genera su propio campo magnético. Este campo interactúa con el campo fijo del imán permanente, produciendo atracciones y repulsiones instantáneas que hacen que la bobina móvil se mueva.

Figura 1: Diagrama de un altavoz electrodinámico, mostrando el imán permanente, la bobina móvil, el cono y la estructura general.


Este movimiento vibratorio de la bobina móvil se transmite a un cono o diafragma, que generalmente está hecho de papel tratado o plástico ligero y está unido a la bobina. Es el movimiento de este cono el que empuja y tira del aire circundante, generando las ondas sonoras que viajan hasta nuestros oídos.


La polaridad (norte o sur) del campo magnético generado por la bobina móvil cambia constantemente, siguiendo las variaciones de la señal de audio (la dirección del flujo de electrones). Cuando la corriente fluye en una dirección, el cono se mueve hacia afuera (comprimiendo el aire); cuando la corriente se invierte, el cono se mueve hacia adentro (rarefaciendo el aire). De esta manera, el altavoz reproduce en el aire las compresiones y rarefacciones que percibimos como sonido, siguiendo fielmente las fluctuaciones de voltaje e intensidad de la señal de audio amplificada.


La potencia de salida de un altavoz dinámico suele estar relacionada con el tamaño del imán permanente, ya que este proporciona el flujo magnético estable necesario para una interacción fuerte con el campo variable de la bobina móvil. El tamaño físico del altavoz se especifica generalmente por el diámetro del cono, expresado en pulgadas, y puede variar desde pequeñas unidades de 1 o 2 pulgadas hasta grandes woofers de 18 pulgadas utilizados para reproducir las frecuencias más bajas.


La direccionalidad con la que un altavoz emite el sonido depende de la relación entre el tamaño del cono y la longitud de onda del sonido que está reproduciendo:


  • Bajas Frecuencias: Las longitudes de onda son largas en comparación con el tamaño del cono, lo que resulta en una emisión omnidireccional (el sonido se propaga en todas direcciones).
  • Altas Frecuencias: Las longitudes de onda son cortas en comparación con el tamaño del cono, lo que provoca una direccionalidad más estrecha. Los tweeters, especializados en agudos, son muy directivos; si te mueves fuera del eje central, notarás una pérdida significativa de las altas frecuencias.

Otros Tipos de Altavoces: Piezoeléctricos y de Condensador

Aunque los altavoces dinámicos son los más comunes, existen otros tipos que se utilizan en aplicaciones específicas:


Altavoces Piezoeléctricos

Estos altavoces se basan en las propiedades de ciertos cristales (como los cristales bimorfos) que generan una diferencia de tensión cuando se deforman mecánicamente (efecto piezoeléctrico directo). Inversamente, si se aplica una corriente eléctrica a estos cristales, se expanden y contraen (efecto piezoeléctrico inverso).


Figura 2: Diagrama esquemático de un altavoz piezoeléctrico, mostrando el cristal bimorfo y el diafragma.


En un altavoz piezoeléctrico, la señal de audio del amplificador hace que el cristal bimorfo se curve o flexione, y este movimiento se transmite a un diafragma, generando ondas sonoras. Su uso principal se limita a la reproducción de altas frecuencias, por lo que se encuentran comúnmente en trompetas de agudos (horn tweeters) donde ofrecen alta eficiencia y baja distorsión a frecuencias elevadas.


Altavoces Electrostáticos o de Condensador

Estos altavoces, aunque de calidad excepcional, tienen un uso práctico limitado a sistemas Hi-Fi de alta gama y algunas aplicaciones especiales en música clásica en vivo.


Figura 3: Diagrama esquemático de un altavoz electrostático o de condensador, mostrando las dos láminas metálicas y la lámina aislante.


Un altavoz electrostático consta de dos láminas metálicas conductoras muy delgadas, separadas por una lámina aislante. Para funcionar, se aplica una alta tensión de polarización (hasta 2000 voltios) entre las dos láminas, creando un potente campo electrostático. La señal de audio del amplificador se superpone a esta tensión fija, variando el campo electrostático entre las láminas. Esto provoca que las láminas se atraigan o repelan entre sí, moviéndose y vibrando para generar sonido.


Los altavoces electrostáticos se caracterizan por un desplazamiento del diafragma muy pequeño pero una respuesta transitoria excelente debido a la ligereza de las láminas. Además, al no utilizar caja de resonancia, la señal musical está libre de coloraciones añadidas. Sin embargo, su alto costo, la impedancia compleja que requiere amplificadores especiales, su gran tamaño y su delicada constitución los hacen poco prácticos para sistemas de amplificación de alta potencia.



El Secreto de la Forma Cónica: Optimizando la Vibración

Volviendo al altavoz dinámico, que es el más utilizado, es interesante entender por qué la mayoría de los conos tienen forma cónica.


Idealmente, para mover la mayor cantidad de aire posible y convertir la energía mecánica (vibración del cono) en energía acústica de manera eficiente, se necesitaría una superficie de contacto grande y plana. Sin embargo, una lámina plana y grande que sea lo suficientemente ligera para reproducir fielmente las altas frecuencias carecería de la rigidez necesaria para mover grandes volúmenes de aire a bajas frecuencias.


La forma cónica del diafragma es una solución de compromiso ingeniosa. Permite activar un volumen de aire considerable manteniendo una relación adecuada entre fuerza y peso. La experiencia de numerosos fabricantes ha demostrado su eficacia a lo largo del tiempo.


Los conos se fabrican con papeles y plásticos tratados para aumentar su rigidez. Un cono más rígido permite manejar mayor potencia acústica pero puede comprometer la respuesta en frecuencia. Materiales más blandos mejoran la respuesta en frecuencias medias y bajas pero limitan la reproducción de los agudos. Esta es la razón por la que los woofers suelen tener conos grandes y rígidos, mientras que los tweeters tienen conos pequeños y ligeros.


Es fascinante observar que diferentes partes del cono vibran con mayor intensidad según la frecuencia de la señal aplicada. Las bajas frecuencias (alrededor de 100 Hz) hacen vibrar principalmente la zona más externa del cono, mientras que las altas frecuencias (8 kHz o más) excitan principalmente la zona más cercana al centro. Esto explica por qué los woofers necesitan conos grandes para mover suficiente aire a bajas frecuencias, mientras que los tweeters solo requieren una pequeña superficie para las altas frecuencias.


En consecuencia, en la mayoría de los sistemas de reproducción musical de calidad, se utilizan múltiples altavoces de diferentes tamaños y características, cada uno diseñado para reproducir un rango específico de frecuencias del espectro tonal.



Altavoces Especializados por Rango de Frecuencia

Para lograr una reproducción de sonido precisa y eficiente, los sistemas de audio suelen emplear altavoces optimizados para diferentes rangos de frecuencia.


Altavoces para Bajas Frecuencias (Woofers)

Para reproducir las bajas frecuencias de manera efectiva, un altavoz necesita mover un volumen de aire considerable. Esto requiere un cono o diafragma de gran tamaño y una excursión (recorrido hacia adelante y hacia atrás) relativamente amplia. La mayoría de los sistemas de alta potencia utilizan woofers con motores electrodinámicos potentes y conos cónicos grandes. La radiación sonora de los woofers es generalmente omnidireccional.


Figura 4: Altavoz de bajas frecuencias (woofer), mostrando su gran tamaño de cono y motor.


En algunos sistemas de amplificación, especialmente en aplicaciones de refuerzo de sonido para conciertos, se utilizan altavoces de trompeta para las bajas frecuencias. Estos altavoces, también conocidos como altavoces exponenciales debido a la forma curva de su radiador (Figura 5), ofrecen una alta eficiencia y un mejor control de la dirección del sonido en comparación con los woofers convencionales. La directividad de un altavoz exponencial está determinada principalmente por el tamaño y la curvatura de la trompeta, no por la potencia del motor. Las trompetas con una abertura amplia mantienen una alta directividad incluso a alta potencia. Los altavoces exponenciales para bajas frecuencias son adecuados para eventos donde el sonido grave debe viajar largas distancias.


Figura 5: Diagrama de un altavoz exponencial o de trompeta.


El funcionamiento de un altavoz exponencial se basa en la impedancia acústica. La impedancia en la garganta de la trompeta (donde se encuentra el diafragma del motor) es mucho mayor que en la boca. Dado que la impedancia acústica es inversamente proporcional a la presión acústica, la presión sonora es siempre mucho mayor en la boca de la trompeta que en la garganta (Figura 6). Esta relación de áreas entre la garganta y la boca determina la amplificación acústica que se puede lograr. Además, el tamaño de la trompeta define la frecuencia de corte: por debajo de esta frecuencia, aunque el diafragma produzca sonido, no se amplificará acústicamente dentro de la trompeta. Es crucial controlar esta frecuencia de corte para evitar enviar frecuencias inadecuadas al altavoz exponencial, lo que podría dañar el diafragma.


Figura 6: Diagrama que ilustra la diferencia de impedancia y presión acústica entre la garganta y la boca de un altavoz exponencial.



Altavoces para Altas Frecuencias (Tweeters)

Los tweeters, especializados en reproducir las altas frecuencias, pueden ser de dos tipos principales:


Tweeters de cúpula (dinámicos)

Estos utilizan un pequeño diafragma en forma de cúpula unido a una bobina móvil inmersa en un potente imán permanente (Figura 7). A diferencia de otros altavoces dinámicos, el diafragma se encuentra dentro del motor, no en su parte externa. El pequeño tamaño del diafragma no es un problema para las altas frecuencias, ya que solo se requieren excursiones muy cortas.


Figura 7: Diagrama de un tweeter de cúpula dinámico.



En algunos tweeters de alta fidelidad, el diafragma (a menudo metálico para mayor rigidez y delgadez) se encuentra en la parte exterior del motor, radiando el sonido directamente (Figura 8).


Figura 8: Diagrama de un tweeter de cúpula con el diafragma externo.


Trompetas de agudos (horn tweeters)

Estos pueden utilizar motores electrodinámicos o piezoeléctricos (Figura 9). La principal ventaja de las trompetas de agudos es el control preciso del ángulo de dispersión del sonido. Las especificaciones de las trompetas indican el ángulo de cobertura horizontal y vertical de las altas frecuencias. Estos ángulos suelen ser diferentes (por ejemplo, 80 grados horizontal y 40 grados vertical) para optimizar la cobertura del público en conciertos, donde la audiencia se extiende horizontalmente más que verticalmente. Una cobertura vertical excesiva puede causar reflexiones no deseadas en techos y suelos. Las trompetas con ángulos de dispersión más estrechos permiten concentrar la energía sonora en un área más pequeña y proyectar el sonido a mayor distancia. Otra ventaja de las trompetas es la distribución uniforme de las frecuencias dentro del área de cobertura, a diferencia de los tweeters de cono donde las frecuencias más altas son más intensas en el eje central.


Figura 9: Diagrama de una trompeta de agudos con motor piezoeléctrico.



Altavoces para Frecuencias Medias (Mid-range) - La Voz de la Música

En los sistemas de sonido de potencia, consideramos que las frecuencias medias se sitúan, generalmente, en el rango de 100/200 Hz a 2000/4000 Hz. Este margen puede variar ligeramente dependiendo de las características específicas de los altavoces utilizados. La reproducción precisa de estas frecuencias es de vital importancia, ya que en esta banda se encuentran los formantes de las vocales (los componentes de frecuencia que nos permiten distinguir las diferentes vocales), los armónicos de la mayoría de los instrumentos de percusión y las notas fundamentales de un gran porcentaje de instrumentos musicales. Una reproducción deficiente en este rango puede resultar en un sonido "apagado", "embarrado" o con una inteligibilidad vocal pobre.


Para reproducir las frecuencias medias, se utilizan tanto altavoces dinámicos con diafragma cónico (similares en construcción a los woofers pero de menor tamaño) como motores de compresión acoplados a trompetas (similares a los tweeters de trompeta pero diseñados para este rango de frecuencias). Ambos sistemas pueden ofrecer resultados satisfactorios en la reproducción de la gama tonal media.


Figura 10: Altavoz dinámico de rango medio.


En las frecuencias medias, la directividad del sonido no es tan pronunciada como en las altas frecuencias. Sin embargo, dado que la inteligibilidad musical depende fundamentalmente de estas frecuencias, es crucial lograr una cobertura sonora muy equilibrada para todos los tonos medios en el área de escucha.



Filtros de Frecuencia: La Clave para un Sonido Coherente

Cuando combinamos varios altavoces especializados en diferentes rangos de frecuencia dentro de una misma caja acústica, es esencial que cada altavoz reciba únicamente las frecuencias para las que ha sido diseñado. Si un altavoz recibe frecuencias fuera de su rango óptimo de funcionamiento, inevitablemente se producirá distorsión, y en casos extremos, podría incluso dañar el sistema motor del altavoz. Además, enviar energía a un altavoz que no puede reproducir eficientemente esas frecuencias resulta en un desperdicio de energía y una disminución del rendimiento general del sistema. Por ejemplo, enviar señales de bajas frecuencias a un tweeter o señales de altas frecuencias a un woofer es ineficiente y puede generar distorsión.


Por estos motivos, es necesario dividir la señal de audio en diferentes bandas de frecuencia utilizando filtros de frecuencia o crossovers. Estas bandas de frecuencia se dirigen luego a los altavoces especializados en reproducirlas, optimizando así el rendimiento de cada unidad y del sistema en su conjunto.


Según el nivel de la señal de audio sobre el cual actúan, los filtros de frecuencia se dividen en dos categorías principales:


  • Filtros Pasivos (de Alto Nivel): Estos filtros operan después de que la señal de audio ha sido amplificada en potencia por el amplificador.

  • Filtros Activos (de Bajo Nivel): Estos filtros actúan sobre la señal antes de que sea amplificada en potencia, trabajando con niveles de señal muy bajos (milivatios).



Filtros Pasivos de Alto Nivel

Los filtros pasivos para altavoces están compuestos por componentes electrónicos pasivos: bobinas (inductores), condensadores y, ocasionalmente, resistencias. Normalmente, se encuentran dentro de la caja acústica, recibiendo la señal de audio directamente del amplificador y luego distribuyéndola a los diferentes altavoces que contiene la caja (woofer, tweeter, mid-range).


Figura 11: Diagrama de una caja acústica de dos vías con un filtro pasivo interno y un gráfico que muestra la respuesta de frecuencia del filtro.


La Figura 11 muestra un ejemplo de una caja acústica de dos vías (woofer y tweeter) con un filtro pasivo interno. El diagrama adyacente ilustra cómo el filtro atenúa gradualmente las frecuencias por encima de un cierto punto para el woofer y por debajo de ese mismo punto para el tweeter. El punto donde las respuestas de ambos filtros se cruzan se conoce como frecuencia de corte del filtro. En muchos diseños, este punto de corte se define como el punto donde la señal se reduce en 3 decibelios (dB) con respecto al nivel medio de potencia plena. Una reducción de 3 dB equivale a la mitad de la potencia, lo que puede generar un ligero "hueco" en la respuesta de frecuencia alrededor del punto de corte.


El mismo principio se aplica a las cajas acústicas de tres vías (woofer, tweeter y mid-range), como se muestra en la Figura 12. El filtro pasivo divide la señal en tres bandas de frecuencia, cada una dirigida al altavoz apropiado.


Figura 12: Diagrama que muestra las características típicas de un filtro pasivo para un sistema de altavoces de tres vías.


La velocidad con la que la señal se atenúa más allá de la frecuencia de corte se conoce como la pendiente del filtro o rolloff. Las pendientes más comunes son de 6 dB por octava, 12 dB por octava y 18 dB por octava, que corresponden a filtros de primer orden, segundo orden y tercer orden, respectivamente. Cada "orden" representa una atenuación adicional de 6 dB por cada octava que nos alejamos de la frecuencia de corte.


Los filtros pasivos deben ser capaces de soportar voltajes considerables provenientes del amplificador. Por ejemplo, un amplificador que entrega 100 vatios a 8 ohmios produce un voltaje nominal de 20 voltios, y los picos de la señal pueden superar los 45 voltios. Por lo tanto, los componentes del filtro deben estar diseñados específicamente para las potencias y los puntos de corte deseados para los altavoces a los que están conectados, y las pendientes deben ser lo más simétricas posible para evitar desequilibrios en la respuesta de frecuencia.


A pesar de su conveniencia, los filtros pasivos siempre introducen una cierta pérdida de energía a medida que la señal de audio los atraviesa, lo que afecta el rendimiento general del sistema. Una caja acústica equipada con filtros pasivos que recibe 100 vatios de potencia del amplificador podría entregar alrededor de 60 vatios de potencia acústica en el mejor de los casos (y a menudo menos en cajas con menor eficiencia).



Filtros Activos de Bajo Nivel (Crossovers)

En sistemas de sonido de alta potencia para directos, la pérdida de rendimiento asociada con los filtros pasivos en las cajas acústicas puede ser significativa. Por ejemplo, en un sistema de amplificación que entrega 5000 vatios, las pérdidas en los filtros pasivos podrían reducir la potencia acústica real a no más de 3500 vatios en el mejor de los casos.


Para lograr un aprovechamiento más eficiente de la potencia disponible, se ha generalizado el uso de filtros activos de bajo nivel, también conocidos como crossovers electrónicos.


Estos crossovers se insertan en la cadena de señal antes de los amplificadores de potencia, ya que operan con niveles de señal muy bajos (milivatios). El crossover divide la señal de audio en las diferentes bandas de frecuencia deseadas, y cada banda se dirige a una etapa de amplificación separada, que luego alimenta directamente al altavoz correspondiente (Figura 13).


Figura 13: Diagrama de un sistema de sonido bi-amplificado que utiliza un crossover activo antes de dos amplificadores.


Un sistema que utiliza un crossover activo para dividir la señal en dos bandas (graves y agudos), enviando cada banda a un amplificador dedicado que alimenta directamente a un woofer y un tweeter respectivamente, se denomina sistema bi-amplificado. De manera similar, un sistema de tres vías que utiliza un crossover para dividir la señal en tres bandas (graves, medios y agudos), con tres amplificadores separados alimentando directamente a un woofer, un altavoz de rango medio y un tweeter, se conoce como sistema tri-amplificado.


El uso de crossovers activos ofrece varias ventajas sobre los filtros pasivos en los altavoces:

  • Evita desequilibrios en la respuesta acústica: Los crossovers activos permiten un control más preciso de las frecuencias de corte y las pendientes, minimizando los "huecos" o las superposiciones no deseadas en la respuesta de frecuencia.
  • Reduce la posibilidad de saturación (clipping) de las etapas de potencia: Cada amplificador solo tiene que amplificar una porción limitada del espectro sonoro (algunas octavas), en lugar de la señal completa. Esto facilita su funcionamiento y reduce la probabilidad de que se saturen al intentar reproducir simultáneamente frecuencias bajas y altas con demandas de potencia muy diferentes.
  • Mejora el rendimiento de las etapas de potencia: Al tener que amplificar solo una banda de frecuencias, las etapas de potencia pueden operar de manera más eficiente y precisa.


Figura 14: crossover activo.


Trabajar con un sistema multi-amplificado (bi-amplificado, tri-amplificado, etc.) ofrece varias ventajas adicionales para el operador, además de incrementar el límite dinámico del sistema (la diferencia entre los sonidos más suaves y los más fuertes que el sistema puede reproducir sin distorsión). La señal musical está compuesta por múltiples frecuencias con sus armónicos correspondientes. La mayor parte de la energía de la señal se concentra en las frecuencias bajas, mientras que las frecuencias más altas contienen una cantidad de energía significativamente menor. Cuando ambas bandas de frecuencia deben ser amplificadas por la misma etapa de potencia (como en un sistema con filtros pasivos), la etapa utilizará la mayor parte de su capacidad para amplificar las bajas frecuencias, dejando solo una pequeña porción de su potencia disponible para las frecuencias más altas.


En esta situación, es muy probable que la presencia de frecuencias altas en la señal de audio provoque la saturación (clipping) de la etapa de potencia, lo que resulta en distorsión.


En los sistemas multi-amplificados, donde la señal de audio se divide por el crossover antes de llegar a las etapas de potencia, estos problemas se reducen considerablemente. Aunque los sistemas con crossovers activos pueden ser un poco más caros que los convencionales, pueden entregar una mayor potencia acústica utilizando menos potencia eléctrica, optimizando el rendimiento general de todo el sistema de sonido.


Con esta exploración de los diferentes tipos de altavoces, sus usos y la función crucial de los filtros de frecuencia, hemos completado una parte fundamental en el mundo del sonido. Comprender estos conceptos es esencial para cualquier persona que trabaje con audio o simplemente desee apreciar la complejidad y la ingeniería que hay detrás de la música que escuchamos.


Publicar un comentario

0Comentarios

Publicar un comentario (0)

#buttons=(Ok, adelante!) #days=(20)

Nuestro sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Aprender más
Ok, Go it!