Pedro Valletta, Profesional del Audio desde hace 20 años,
nos habla de los fenómenos físicos que ocurren en una sala, de cómo detectarlos
e intentar resolver problemas que puedan ocasionar.
Como primera medida, hace falta encender los componentes
de nuestro equipo. Es mejor aún si comenzamos la lectura con los mismos
calientes y listos para usar. A continuación ponemos nuestra música favorita y escuchamos... ¿Qué?...
La primer y simple respuesta sería: música. Pero,
releguemos una vez más el aspecto artístico-musical y concentremos la atención
en cómo suena nuestro sistema en esta SALA. El equipo de audio (preamplificador, potencia, sistema electroacústico y cables) es,
seguramente, el resultado de un largo camino en búsqueda de la satisfacción y
perfección; en cambio el penúltimo eslabón de la cadena de audio, nuestra sala, es generalmente el
resultado de la aplicación de un criterio funcional-decorativo-arquitectónico
que muchas veces desconoce principios acústicos y obedece más a razones
socio-culturales.
Esta sala representa el más importante grupo de
concesiones que nuestra profesión/hobby hace al vivir cotidiano, tratando de
mejorar su acústica de la manera menos conflictiva posible. Muy a menudo
intentamos corregir defectos en nuestro sistema accionando sobre el equipo
propiamente dicho. Gran parte de esas veces nos encontramos frente a resultados
poco satisfactorios y hasta a veces contraproducentes: en vano podemos intentar
corregir la respuesta en medios bajos de un sistema si la habitación en donde
está colocado posee una absurda y molesta resonancia en, digamos, 150 Hz. Tal
sería el caso típico en una habitación de 4,6 m de ancho por 2,3 m de altura.
Es en estas ocasiones en las cuales conocimientos básicos sobre acústica nos
pueden ser de utilidad para comprender qué sucede y eliminar o al menos aliviar
el problema. Dado que el resultado final va a ser juzgado por oídos humanos,
debe complementarse con un conocimiento detallado del modo en que sus variables
influyen sobre la escucha. Vale decir debe apoyarse en otra ciencia que la
relacione con el ser humano: la
psicoacústica.
Como no existen fórmulas mágicas para la solución del
problema acústico de un recinto, y en cambio sí una diversidad de conceptos
desconcertante, sería interesante en primera instancia ver y dar por tierra con
algunos de los mitos de la acústica; empecemos por dos de los más
generalizados:
Mito Nº1: Existe un límite inferior para
la reproducción de las bajas frecuencias en un recinto, esta frecuencia depende
de la dimensión del ambiente y relaciona el lado mayor del ambiente
(generalmente el largo), con la velocidad del sonido en el aire (345m/s).
Mito Nº2: Existe una relación directa
entre el tiempo de reverberación y la característica de vivacidad del recinto.
Para clarificar ambos conceptos, que no son nada más y
nada menos que la respuesta en frecuencia y la respuesta en tiempo, convendría
explicar qué sucede en un recinto a medida que cambiamos el tono de excitación.
Para ello vamos a desentendernos de la respuesta del equipo y la supondremos
perfecta en todo el rango audible: plana en frecuencia y omnidireccional. En
nuestros ejemplos tomaremos como referencia una habitación de las siguientes
medidas: largo = 6,5 m, ancho = 4,6 m y alto = 2,5 m.
Resonancias
¿Cómo se generan? Si colocamos una fuente de sonido
entre dos paredes paralelas y variamos la frecuencia de la misma, cuando se
cumpla la condición definida para f1 (f1 = c / (2*L) donde L es la mayor
dimensión del ambiente, generalmente el largo y c es la velocidad del sonido en
el aire, 345 m/s) se va a producir un fenómeno conocido como resonancia; en
otras palabras, se establece una onda estacionaria sobre esa dimensión (el
largo) presentando una zona de máxima presión sonora cercana a las paredes y
una de mínima presión sonora en el medio de la distancia que las separa .
Ondas estacionarias. N =Nodo
(Incremento) A =Antinodo (Cancelación)
Un caso análogo sería la resonancia de una cuerda en un
instrumento musical. Por debajo de esta frecuencia la habitación se convierte
en un recinto de presión casi constante; lo que implicaría la posibilidad de
generar y de escuchar sonidos cuyas frecuencias sean inferiores a f1: para
probar esto practica e irrefutablemente invito al oyente a que coloque sobre
sus oídos un juego de auriculares cerrados de buena calidad y escuche los
graves que en esa cavidad, demasiado pequeña para ser llamada recinto y menos
aún habitación, se desarrollan.
Esta frecuencia
modal o modo de resonancia no es
única ya que el mismo efecto se va a producir para múltiplos enteros de dicha
frecuencia (que serían las ondas que "caben" justo entre las
paredes).
Vale decir que a la frecuencia de resonancia la distancia
entre las paredes coincide con un múltiplo entero de la semilongitud de onda
(recordar que longitud de onda = c/f donde c
=Velocidad del sonido y f
=frecuencia). El asunto se torna más complejo cuando se agregan más superficies
hasta que, finalmente es posible calcular todas las resonancias que allí tienen
lugar.
Este comportamiento de la sala, que denominaremos modal,
es el culpable de las alteraciones que se producen en la curva de respuesta de
un sistema en la zona de graves y medios bajos. La forma más práctica y
económica de disminuir sus efectos es jugando con la ubicación de los
transductores (monitores) y la posición del oyente.
Reflexión y difusión
Veamos ahora los procesos de reflexión especular y
difusión. El primero de ellos ocurre cuando la onda sonora choca contra una
superficie dura y lisa, y obedece a las mismas leyes que la reflexión de rayos
luminosos en espejos, obteniéndose un rebote fuerte y direccional. Cuando, en
cambio, la superficie sobre la que incide el sonido es dura e irregular, en
lugar de un rebote de dirección definida y alta intensidad, tendremos muchas
reflexiones de una intensidad menor; este es el proceso de difusión. El sonido
se difunde en forma de abanico.
Grafico de reverberación en el
tiempo.
A los primeros rebotes que se producen en una sala los
llamaremos reflexiones tempranas (Early Reflections ó ER) y, dependiendo de su
intensidad (siempre menor que la del sonido directo) y retardo temporal, van a
producir efectos perceptibles auditivamente como aumento en la espacialidad,
desplazamiento de la fuente sonora y/o eco.
Son estas ER sobre las superficies más próximas a nuestro
sistema de parlantes (como ser suelo, paredes laterales y techo), o mejor dicho,
su relación con el sonido directo, el factor determinante de la evaluación
subjetiva respecto a la "vivacidad" de un ambiente y no el tiempo de
reverberación. Entrar en una polémica sobre este tema excede los límites de
cualquier artículo, pero creo útil aclarar que cuando Wallace Clement Sabine
desarrolló allá por 1885 en la universidad de Harvard las primeras fórmulas
matemáticas para predecir el tiempo de reverberación de un recinto, realizó su
estudio en base a recintos grandes e irregulares con material absorbente
uniformemente distribuido. Este recinto grande e irregular es de las
dimensiones de un teatro o cine, por lo tanto, esas ecuaciones no son
aplicables a ningún recinto pequeño o mediano (habitación).
Concentramos ahora nuestro análisis en el tiempo.
Primeramente tendremos el arribo del sonido directo y luego (con cierto
retardo) el de una multitud de reflexiones. Esta diferencia temporal es
consecuencia del tiempo de propagación de la onda sonora en el aire (se
"mueve" 345 metros por cada segundo) y podemos hallarla a través de
la siguiente fórmula:
t = d/c
siendo: t =tiempo, D =distancia recorrida, C =velocidad
del sonido en el aire.
Ahora analicemos qué ha ocurrido con el sonido a través de
cada una de las trayectorias trazadas en lo que se refiere a su nivel o
intensidad sonora. El sonido, a medida que recorre un camino, sufre una
atenuación. En el aire libre esto se traduce en una disminución de 6dB cada vez
que la distancia a la fuente es duplicada (recordar que 1dB es la menor variación
de intensidad perceptible por el oído humano). Esto equivale a decir que si a
1m del sistema de monitores tenemos 90 dB, a 2m tendremos 84 dB y a 4m, 78 dB.
Llegado este punto nos enfrentamos a la necesidad de
reducir el nivel de las reflexiones tempranas. ¿Por qué? La acústica diría que
esta serie de reflexiones generan interferencias con la señal original
produciendo severas alteraciones en la curva de respuesta. La psicoacústica
recomendaría que durante los primeros 15 a 20 ms a partir de la llegada del
sonido directo a nuestros oídos el nivel de las ER deberían estar 10 dB por
debajo del mismo. Para hacerse una idea 10 dB equivale, subjetivamente hablando,
al "doble de fuerte". Es decir el sonido directo debe ser el
"doble de fuerte" que el reflejado.
Como regla general una solución posible es la colocación
de material absorbente en las áreas más afectadas por estas reflexiones. Las
posibilidades en cuanto a la elección del material son muchas; entre otras cabe
mencionar: goma espuma acústica, SONEX, telas diversas, tapices gruesos,
alfombras, etc. La determinación de la ubicación del material puede hacerse
como sigue:
- Sentado en la posición de escucha le pedimos a un
amigo/a que vaya desplazando por una pared y en forma paralela y pegado a la
misma un espejo (20 cm. x 20 cm.) hasta que veamos el reflejo del tweeter de
nuestro sistema de parlantes. Ese será el punto central en dónde iniciaremos
nuestro tratamiento.
- Repetir el procedimiento para paredes laterales,
techo y piso. (Un buen comienzo es, en una habitación como la descrita,
utilizar de 2 a 4 m2 por cada superficie a tratar). Con este método los
resultados obtenidos son muy buenos y fácilmente comprobables. Solo hace falta
una cortina pesada (o una tela) colgada en el lugar preciso para que las
características del sonido cambian notablemente.
Pedro
Valletta
no entiendo la tecnica del espejo, como debo sentarme ? si me siento en la posicion de escucha de cara hacia los monitores no voy a ver ni a mi amigo ni al espejo jajajaj y si me siento de espalda a los monitores cuando mi amigo avance con el espejo paralelamente a la pared que monitor deberia divisar ? el contrario al lado del espejo o el del mismo lado del espejo ?
ResponderEliminarSentado en la posición de escucha, obviamente giras la cabeza y deberías ver reflejado el twiter. Si por ejemplo miras hacia la derecha deberías ver el relejo del monitor izquierdo, ese será el punto central de esa pared a tratar acústicamente.
Eliminarcapo!
ResponderEliminarGracias un abrazo!!
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