El ingeniero de sonido normalmente recibe en el punto de escucha el sonido directo del monitor sumado a las reflexiones de las paredes de la sala que llegan ligeramente retardadas. Esta circunstancia produce que se cancelen algunas frecuencias mientras otras se enfatizan, teniendo como resultado un filtro peine, además de una pérdida de separación del estéreo.
Se puede decir entonces que la sala de mezcla o sala de control es un elemento pasivo de vital importancia en el proceso de mezcla de las pistas grabadas. Se dice pasivo porque no afecta activamente en la calidad del sonido, pero si afecta en la manera en que el ingeniero percibe el sonido grabado durante el proceso de mezcla. Ello conllevará una serie de modificaciones y ajustes en los distintos parámetros y procesadores que se aplicarán a las distintas pistas y que irán estrechamente relacionados con aquello que el ingeniero oye. Y lo que el ingeniero oye está estrechamente relacionado con la sala de mezcla.
Realizar el proceso de mezcla en una sala mal acondicionada o con mala acústica puede ser un desastre para el proyecto ya que todos los ajustes se realizarán en base a la acústica de esa sala en concreto, y al exportar el audio y escucharlo en otra sala, probablemente se percibirá un desajuste en la mezcla. Este error es muy común en ingenieros con poca experiencia que trabajan en salas deficientes ya que realizan un sobreajuste creando una mezcla muy buena para “esa sala” y con “esos equipos” que utiliza, pero obteniendo un resultado poco normalizado para otras sistemas de reproducción.
Pero no sólo será importante esta sala en el proceso de mezcla. Si se tiene una escucha adecuada durante el proceso de grabación, a la hora de grabar se podrán realizar los ajustes previos necesarios y óptimos obteniendo un mejor registro. No contar con una buena sonorización puede hacer pasar por alto algún detalle a la hora de grabar y encontrar el problema cuando ya es tarde.
Por tanto, cuando se trabaja en condiciones no óptimas, es obligación por parte del ingeniero conocer como responde la sala y sus equipos en la reproducción de audio y realizar los ajusten teniendo en cuenta estos conocimientos. Una tarea básica para conocer la sala donde se trabaja es realizar multitud de escuchas de archivos de audio de los que se conozca mucho su sonido en distintas salas y con distintos equipos. Otro método de trabajo consiste en, a lo largo del proceso de mezcla, ir realizando exportaciones del trabajo en curso y llevándolo a otros sistemas para tener distintas referencias del trabajo y no dejarse llevar demasiado por la acústica de la sala donde se mezcle. Evidentemente, una vez que se conoce cómo responde la sala ya no es necesario realizar este trabajo, aunque si es recomendable y siempre aporta algo bueno a una producción.
A la hora de diseñar una sala de mezclas de poco servirá aplicar al pie de la letra la teoría ondulatoria, ya que no se cumplirán nunca las condiciones de contorno necesarias (recintos paralelepípedos perfectos con paredes infinitamente rígidas y completamente vacíos). Tampoco servirá de mucho la teoría estadística, ya que para poder aplicarla el campo acústico ha de ser difuso. La única herramienta teórica de utilidad es la teoría geométrica.
Tipos de salas de mezcla
A continuación, se resumen algunas de las técnicas, en cuanto al diseño de salas de control, que han sido desarrolladas a lo largo de los años y que pueden encontrarse:
- Sala Rettinger: la onda reflejada se ve retardada de la directa debido a las superficies instaladas en el techo y las paredes laterales. La pared trasera se diseña muy absorbente. Tienen buena sonoridad en gran parte de la sala.
- Sala Non-Environment: creada por Tom Hidley en 1983. La pared frontal y el suelo son muy reflectantes mientras que el resto de superficies son absorbentes. El objetivo final de estas salas es conseguir un monitorizado de la señal de los altavoces buscando un espacio lo más anecoico posible para los altavoces, por lo que la sala no debería de aportarnos ningún tipo de coloración.
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Sala Non-Environment |
- Sala LEDE y LEDE mejorado: la diseñó Don Davis en 1978 y cuenta con una pared anterior muy absorbente eliminando las reflexiones de orden 2 o superior. Posteriormente fue mejorada por Peter D' Antonio y John H. Konnet gracias a los conocimientos aportados por M.R. Schröder en el campo de la difusión y consiste en dar una forma geométrica a la parte posterior del estudio con el fin de eliminar las primeras reflexiones.
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Sala LEDE |
- Sala Jensen: esta sala diseñada por Wolfang Jensen en los años 70 busca eliminar las reflexiones procedentes de las paredes laterales mediante el uso de absorbentes.
- Sala Toyoshima: estas salas cuentan con una pared frontal reflexiva mientras que la trasera es absorbente, eliminando así las posibles ondas estacionarias que se puedan crear entre ambas. Esta sala tuvo gran éxito junto con la sala LEDE.
- Sala BBC: se trata de una combinación de las salas Jensen y LEDE realizando ajustes en el techo buscando obtener buena difusión y una escucha buena generalizada en toda la sala.
Alejandro Turrión Pérez